Esta misma mañana leía una noticia, que os recomiendo le echéis un vistazo. Ya el titular es bastante llamativo: "A los directivos les da miedo Twitter y Facebook".
No quiero hablar del miedo a usar las redes sociales. Ya lo he hecho en alguna ocasión y en el propio artículo, que enlazo arriba, se habla largo y tendido sobre esto. Pero sí me gustaría hablar sobre los miedos en las empresas.
El miedo, ese mecanismo de defensa que nos regaló la sabia evolución. Como todo en nuestra forma de ser y de actuar, lo tenemos por algún motivo. Cuando teníamos que sobrevivir en plena naturaleza, expuesto a peligros constantes, era una gran herramienta para la supervivencia. Si nos quedábamos quietos, muchos atacantes (hablo de otros animales), no nos verían y no nos atacarían.
Por eso el miedo, el fuerte miedo paraliza. Aún hoy, el miedo nos salva de algunas situaciones, pero en otras... En otras no tiene ningún sentido.
¿Por qué tenemos miedo a las redes sociales en la empresa?, porque las desconocemos. No es miedo a Twitter, ni a Facebook, es miedo a lo desconocido.
En la empresa el miedo a lo desconocido no es bueno, porque paraliza, pero paraliza a la propia empresa. Tener una empresa, o simplemente ser autónomo, implica, como ya dije una vez, vivir con la incertidumbre como íntima amiga. No evolucionar, no tomar el camino adecuado por miedo a lo desconocido, es condenar a nuestra empresa a sacarla del mercado.
En este caso, el miedo ha actuado como mecanismo de defensa de nosotros mismos. Haciendo que no nos arriesguemos a dar un paso adelante. Pero, sin embargo, ha actuado como una bomba para nuestra empresa. Condenándola a quedarse estancada, parada, mientras el mercado seguía su camino. Por no vencer el miedo y evolucionar hoy, mañana... No hace falta que diga lo que pasará.
Gracias a Dios, la naturaleza nos ha dado algo que nos diferencia del resto de especies. La capacidad de razonar y la voluntad. Y gracias a ella, somos capaces de ver que el miedo, aquí, no ayuda, perjudica.
El miedo a lo desconocido se supera de una manera muy simple... Con el segundo activo más preciado en una empresa: el conocimiento.
Cuando en tu día a día emprendedor sientas miedo, analízalo. Piensa si es a lo desconocido y si la respuesta es sí, conoce. Investiga, busca, pregunta, fórmate y así podrás saber si lo que te está paralizando servirá para ayudarte o para perjudicarte. El conocimiento elimina miedos, úsalo.