Llega la fecha de todos los años ... Comenzamos un nuevo curso académico, y eso que estamos terminando el año, a desperezarnos del letargo estival de vacaciones.
Siempre que volvemos de un período de vacaciones, nuestra agenda está repleta de buenos propósitos. Tenemos la lista de tareas pendientes, que hemos hecho en Agosto, a rebosar: ir al gimnasio, ir a por los libros de texto de los niños, volver a ver al jefe y pedirle…..(mil cosas y una), quedar con el cliente A, solucionar el tema que se quedo en Julio sin resolver, …
El típico síndrome postvacacional este año no ha sido tan marcado como en años anteriores. No se si porque hay una gran mayoría de gente que no tiene donde volver o porque se lo han tomado con otra filosofía y humor.
No obstante observo un ambiente diferente en la atmósfera. Hay una percepción distinta, las cosas ya no van a ser como habían sido, nuestras preocupaciones y prioridades no son las mismas.
Este momento es importante para tomar la decisión de cambiar, si no es que ya lo has hecho, y de plantear nuevas formas de hacer las cosas. Sí, las mismas cosas hechas de otra forma.
Porque al final, las cosas a realizar: comprar, vender, comunicarse, etc., son las mismas, pero estamos comprobando que hacerlas de la misma manera nos conduce al mismo sitio, a ese sitio que ya conocemos y que no nos aporta nada nuevo. Hemos de tomar la determinación de cambiar la forma de llevarlas a cabo. Nuestra actitud debe ser diferente. Nuestras miras deben alcanzar nuevos horizontes.
Deseo y espero que esta “Vuelta al cole” esté marcada por cambios, cambios en actitudes, en formas de ser, en formas de hacer las cosas. Perdamos el miedo a lo desconocido, confiemos un poco más en nosotros y en los que tenemos alrededor. Seamos inductores de estos cambios en nuestras organizaciones. Seamos trasmisores de esta nueva forma de hacer y ver las cosas.
Por mi parte, me pongo en marcha en este camino y en los próximos meses iré comentando las líneas de los cambios a nivel empresarial.
