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La principal fuente de información sobre una Startup

Si mañana decidiéramos invertir nuestros ahorros en empresas del S&P 500, contaríamos con todo tipo de información para tomar la decisión: Annual Reports, historial de comportamiento en la bolsa de valores, comentarios de sus principales ejecutivos,  reportes de analistas especializados, y tantas otras cosas como se nos pueda ocurrir. Sin embargo, a la hora de invertir en una startup, contamos con nada de ello… y menos también.

La Asimetría de Información tiene que ver con el estudio de las decisiones en transacciones en donde alguna de las partes tiene más o mejor información que otras. Imaginemos una situación en la cual un emprendedor le presenta su proyecto a un inversor:

Por un lado, tenemos a un emprendedor que “visualizó” una oportunidad y dedicó cientos de horas a diseñar un negocio alrededor de ella (aunque es algo muy relativo, hay especialistas que se animan a expresar que se necesita entre 150 y 600 horas -incluyendo tiempo de investigación y escritura-  para armar un buen plan de negocios de una startup que provea un producto innovador).

Por el otro lado, tenemos a un inversor cuya experiencia concreta puede provenir de un rubro diferente al que se orienta la startup. Para agregarle dificultad a la cosa, entre ambos dedican, en el mejor de los casos, una media hora para conversar sobre el proyecto, en donde deberá considerarse la exposición con los puntos más relevantes más un tiempo de preguntas respuestas.

En caso que el proyecto guste, comienza una carrera por achicar la brecha de esa asimetría. En primer lugar, se intenta conocer la visión del emprendedor para entender qué es lo que percibe, qué tan claramente lo percibe, y cuanto significa para él lo que percibe (en definitiva, va a ser él quien se ponga el proyecto al hombro).

Esto va conectado con saber quien es, cuales son sus capacidades, sus valores, su experiencia y todo lo relacionado a la persona para entender si él es el emprendedor ideal para estar detrás del proyecto y si podría tener una buena relación (rapport) con el inversor como socio.

Recién en tercer lugar se habla del proyecto. Para entonces, el emprendedor es ya un especialista en su tema y podría hablar sin problema de la mayoría de los puntos de su plan; mientras que el inversor, aún si ya tuviera conocimiento del tema, requiere de seguir descubriendo los puntos que fueron creados por el emprendedor. En caso que el emprendedor ya cuente con una sociedad comercial constituida, se hace la auditoría legal y contable,  como último paso para subsanar la asimetría.

Todo el proceso, desde que se genera el primer contacto hasta que se decide la inversión, es ni más ni menos que un proceso de conocimiento entre las partes, que va desde un punto de conocimiento prácticamente nulo sobre el proyecto, hasta el punto en que se tiene información suficiente (proveniente casi exclusivamente de emprendedor) para realizar la inversión.

Queda claro entonces que cualquier señal que sugiera evidencia negativa respecto de los emprendedores o del plan, es motivo suficiente como para que se obstaculice la inversión. Acá, la percepción de cada inversor juega un rol fundamental, y es por eso que son frecuentes los casos en donde muchos inversores pueden estar de acuerdo en rechazar una inversión mientras que otros la aceptan con total seguridad.

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