Las ganas y emoción de emprender un proyecto hace que, a veces (más bien, casi el 99,99% de las veces), el emprendedor pierda su objetivo. Pero no te preocupes, se puede controlar.
No existe el control absoluto del tiempo y más cuando quieres lanzar un nuevo producto y quieres que este lo haga todo. No intentes hacerlo todo, eso suele fallar. Si puedes y tienes recursos, delega y supervisa. Y delegar no es estar encima, delegar es decir lo que hay que hacer un día, revisarlo a medio hacer y mirarlo cuando esté acabado.
Para que tu producto no se quede en tu PC, lo primero es establecer bien una base mínima. Aunque pueda ser mejorable, ponte un límite de días y no de funcionalidades.
Para que un producto tenga éxito tiene que ver la luz muy rápido, ya que la explotación comercial del producto es lenta, no tienes por qué lanzar un superproducto el primer día. "Poner Beta tampoco te va a desprestigiar, todos lo hacemos, incluso los grandes".
Eso sí, no esperes cobrar por un producto en beta. Tienes que aprovechar cada día de la vida de tu producto para hacer branding, saber si vas acorde con el mercado y, posiblemente, dedicar tiempo a buscar inversión.
Será más fácil buscar inversión con un producto online con 100 usuarios, que con un prototipo guardado en tu máquina.
Se han puesto de moda palabras como Scrum o Agile, pero si no sabes muy bien qué quiere decir este concepto, no te recomiendo que lo adoptes. Antes de emprender tu proyecto, debes saber a la perfección con qué recursos cuentas. Como vas a tener una vida muy ajetreada y llena de urgencias, asegúrate de que el desarrollo no sufra complicaciones, intromisiones ni imprevistos.
Prioriza tu tiempo. Hace unos días le hicieron una entrevista al CIO de una empresa muy famosa y decía: "Tenemos un sistema de tarjetas que dejamos encima del escritorio. Cuando hay un cartón rojo, sabemos que esa persona está pasando por una situación crítica de desarrollo y que no se le habla, ni se le pregunta, ni se le pasan llamadas, ni se le molesta de ninguna forma".
Es muy común que tengas que atender llamadas, hablar con clientes, proveedores, tener vida personal y hacer visitas, sin contar los imprevistos. Pero ponte horarios para todo. Cuando programas, pon tu cartel rojo. Haz como el anuncio y sepárate del mundo. Es preferible dedicar 3 horas en exclusiva a una tarea, que 12 horas entre mil cosas que debes hacer.
Haz las cosas de una en una. Serán infinitamente más productivas a lo largo del día. Ponte horarios y síguelos a rajatabla.
Lo que sí te recomiendo, volviendo al Scrum —más allá de que sepas cómo va o no la filosofía—, es tener reuniones diarias y rápidas, de 15 minutos (o 2 veces por día), con tu equipo y que ese momento sea el lugar y la hora para debatir, preguntar y planificar. Organiza el resto del día y haz que todo el equipo se organice igual, que las preguntas pasen al día siguiente.
No es un consejo, es una obligación que debes cumplir si quieres triunfar realmente con tu proyecto.
"Todo el mundo conoce la forma mediante la que resultó vencedor, pero nadie conoce la forma mediante la que aseguró la victoria". El Arte de la Guerra (Sun Tzu)
Ah, y sobre todo, haz ejercicio y come sano con horarios establecidos, tu cuerpo necesita unos mínimos para que funcione correctamente.