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Todo comienzo es difícil. Ahí, en la idea embrionaria del proyecto, es cuando más trabajo y dificultades tiene el emprendedor. Entonces todo pasa por él y por sus compañeros y necesitan financiación para desarrollarlo, pero… ¿cómo la pueden conseguir?
Las entidades financieras son la fuente tradicional con la que acceder a líneas de crédito, préstamos, los créditos ICO, etc. Actualmente, ésta es una fuente de obtención de capital con tendencia a perder importancia para los emprendedores (los efectos de la crisis y la complicación y el coste para la obtención de un crédito…) pero sigue siendo una de las formas más seguras y económicas que la financiación por parte de particulares.
Apelar a subvenciones y ayudas públicas para la promoción de la economía y el desarrollo de nuevos proyectos puede ser también una forma para conseguir dinero y lanzar al mercado tu producto o negocio.
Otra de las formas que existen para conseguir dinero para impulsar una empresa es apelar a los grupos de inversión de capital riesgo. Éstos pueden participar tanto en empresas en pleno funcionamiento como en Startups con mucho potencial y, dependiendo de cada caso, aportar un capital importante.
¿Pero qué peligros conlleva acudir a los Venture Capital? Cuando se emprende un proyecto y se necesita una financiación hay que calcular muy bien qué impacto puede tener dentro de la organización y para el impulsor en particular, pues podría perder incluso la mayoría en la participación de la compañía.
Por ejemplo, si el valor de la empresa es de 100.000 € y se necesitan 300.000 para impulsar el proyecto el emprendedor perdería hasta el 66% de la empresa, situación que no beneficia a nadie. En cambio, si la compañía está valorada en dos millones de € y necesita un millón el empresario sólo se diluiría un 33% y mantendría la propiedad de la organización.
Más adecuado es, en los duros comienzos, poder conseguir una inyección económica por parte de alguien a quien le interese el proyecto puede resultar muy importante. Son los llamados Business Angels, que participan en Startups de creación reciente y pueden aportar hasta 100.000€.
1. El Crowdfunding
Una de las maneras de obtener capital son los métodos de financiación colectiva, cada vez más de moda y de actualidad en España, aunque sigue siendo un método incipiente. En este caso la lógica cambia completamente. Se pasa de ir a una persona y obtener mucho dinero a muchas personas (la gran mayoría de ellas, desconocidas) que aportarán poco.
Una variante al Crowdfunding es el Crowdlending, en el que las empresas pueden conseguir una inyección (no especialmente elevada) de capital a través de la red por parte de particulares.
2. Las FFF
Son las siglas de Fools, Friends & Family (tontos, amigos y familiares) y suelen ser el primer recurso para el emprendedor cuando el proyecto no ha pasado de la idea más o menos desarrollada. En muchos casos es la manera con la que arrancar la empresa al comienzo.
¿Cuánto dinero pedir?
Al final todo se trata de cuánto hay que pedir, conocer qué valor tiene nuestra empresa y qué se necesita para impulsar un proyecto, un producto nuevo, que debe hacer crecer a la organización.
En este caso, los mejores expertos recomiendan no pedir más de lo que se necesita. Aunque tener más capital suela ser positivo (se consigue mayor margen de maniobra y hay menos riesgo de ser insolvente) también es cierto que el coste con el que se ha conseguido el dinero puede ser mayor a si se hace mañana, pues si la empresa ha crecido el riesgo es menor y, por ende, el coste de financiación baja.
