Las dificultades en la conciliación no son exclusivas del ámbito del trabajo por cuenta ajena, para los emprendedores también existen, aunque, por el hecho de ser nuestros propios jefes, podríamos pensar que gozamos de mayor flexibilidad. Esto último es cierto, pero cuando hay trabajo, hay trabajo.
La realidad es que vivimos en una sociedad en la que eso de la conciliación de la vida familiar y laboral es un auténtico mito, y eso que sólo estamos hablando de la laboral y la familiar. Pero, ¿es suficiente esta conciliación? Lo cierto es que hay una variable más a añadir en la ecuación pero que no se suele tener en cuenta.
Estos días tengo la fortuna de ser uno de los 100 emprendedores que participa en el programa Soy Emprendedor que la Mutua Madrileña ha puesto en marcha con la colaboración de Spain Startup.
La segunda jornada a la que asistí de dicho programa fue dirigida por Margarita García de la Calle y fue ella la que hizo una reflexión respecto a este tema que yo ahora quiero compartir. Afirmó, con mucha razón, que para que exista una conciliación plena no deben tenerse en cuenta sólo las variables laboral y familiar, sino que existe una tercera muy importante pero que la gran mayoría sacrificamos. Dicha variable es la personal individual.
Efectivamente, cada día deberíamos tener tiempo para nuestro trabajo, para disfrutar de nuestra familia, sobre todo los que tenemos hijos pequeños, pero también deberíamos tener tiempo para nosotros mismos.
Tiempo para leer algún libro; para escuchar música, y me refiero a disfrutarla de verdad, no ha tenerla de fondo mientras nuestra atención está centrada en otras cosas; para hacer algo de ejercicio, un aspecto que yo considero treméndamente importante porque unas neuronas oxigenadas piensan mejor; en definitiva para hacer algo que nos reconforte y enriquezca nuestra alma y espíritu.
Y tú, ¿tienes tiempo a lo largo del día para dedicártelo a ti mismo?