Hasta hace unos años, el "Marketing"(*) era solo cosa "de las grandes".
Poner en marcha una campaña de televisión, un circuito de vallas, o hacer publicidad en prensa o radio era algo al alcance de unos pocos. Se necesitaban muchos medios (humanos y económicos), planificación, agencias, diseños, producción, tests, presupuestos... Una start up o un emprendedor, por poner algún ejemplo, no lo tenían fácil para hacer este tipo de acciones, reservadas a empresas de mayor tamaño, recorrido y recursos.
Sin embargo, hoy en día cualquiera lanza en unas horas una campaña de anuncios en Google sin dificultad y con muy poco presupuesto. Igualmente, es relativamente sencillo y accesible hacer una acción de email marketing o contratar unos banners. Pero, ¿es esto marketing? Definitivamente no.
Detrás tiene que haber siempre un Plan de Marketing, una hoja de ruta, que contemple la parte estratégica y la parte más táctica y operativa. Ese plan debe abarcar aspectos como el análisis e investigación, la definición de objetivos (no metas vagas ni deseos, si no objetivos Smart), el planteamiento estratégico, las tácticas y plan de acción, los KPI´s, las herramientas que utilizaremos para el control y seguimiento, el presupuesto, un cronograma con todas las acciones… En definitiva, una hoja de ruta muy completa que nos haga alcanzar los objetivos a través de un esquema flexible pero sólido.
Y, pese a lo que se dice, el marketing en sí no ha cambiado tanto; lo que sí ha cambiado, y mucho, es la manera y forma de ejecutarlo, de llevarlo al terreno. Hay un nuevo entorno, el digital, que ha transformado todo y en el que tenemos que saber movernos.
No es ya solo cuestión de conocer las herramientas, sino de entender que es un ecosistema diferente, donde debemos adaptar la comunicación, los mensajes, el lenguaje, las formas… Y, lo que es más importante, entender que no ha desaparecido el entorno “tradicional”, que sigue estando ahí. Y que la clave del éxito está en tener una estrategia global y alineada de marketing on y off, equilibrando la parte más táctica en función de variables como el presupuesto, los objetivos, etc…
Muchas veces las empresas obviamos esta parte, este ejercicio, y “tiramos” para adelante sin una visión clara, especialmente al inicio de la andadura empresarial. Bastante tiene el Emprendedor o Autónomo encima, como para dedicarle mucho tiempo a todo esto de la estrategia.
Y como en este entorno digital es relativamente fácil y bastante rápido poner en marcha acciones, pues ya estamos haciendo marketing. Sin plan, eso sí. Esto es pan para hoy y hambre para mañana: si no hemos analizado convenientemente, si no hemos definido correctamente los target, si no tenemos un posicionamiento claro… Iremos dando bandazos.
Siempre recurro a la misma frase (que no es mía): “Es más importante hacer lo estratégicamente correcto que lo inmediatamente rentable”.
(*) Léase "publicidad" :)
Laura Montero