El boom tecnológico que estamos viviendo en los últimos años ha traído consigo un entorno de trabajo y de convivencia completamente nuevo donde todos, como usuarios, manejamos varios dispositivos y nos encontramos constantemente conectados con nuestro servicio de correo electrónico, nuestros contactos en redes sociales, nuestras plataformas de trabajo o nuestras aficiones.
Una de las consecuencias de esta tendencia imparable es el traslado de la información de los soportes físicos a internet, lo que tan comúnmente ya se conoce como “la nube”. Como usuarios, aunque no seamos conscientes de ello, utilizamos la nube todo el tiempo y en diversos ámbitos, desde nuestro correo electrónico de Google hasta las fotos que guardamos y compartimos en Facebook.
Evidentemente, el mundo empresarial no ha escapado a esta tendencia, y ha encontrado en el cloud computing un recurso de primera necesidad para hacer que el almacenamiento y transmisión de datos sea más ágil y, en contra de lo que pudiera parecer, más seguro. Por no hablar de la reducción evidente de costes que supone externalizar este servicio y llevarlo a internet, en lugar de tener que correr con costosas y lentas instalaciones y configuraciones de servidores físicos, actualizaciones, mantenimiento, etc.
¿Qué son los escritorios virtuales?
Aunque los escritorios virtuales llevan ya unos años funcionando en algunas empresas, su uso y sus funcionalidades se están desarrollando hasta límites que permiten personalizar su diseño y aplicaciones a las necesidades de cada compañía, independientemente de su tamaño. Al pagar exclusivamente por aquellas utilidades que en la práctica vamos a manejar en el día a día, las empresas no sólo ahorran dinero, sino que cuentan con una herramienta de trabajo configurada a su gusto.
Un ejemplo de escritorio virtual es vDeskop - lanzado próximamente - por netelip. Se trata de un espacio de trabajo virtual no sólo personalizado para cada empresa, sino que es posible configurar un escritorio único para cada empleado. Además, el acceso a este escritorio está garantizado desde cualquier dispositivo, desde ordenadores de sobremesa y portátiles hasta smartphones y tablets, lo que garantiza que cualquier miembro de la organización puede acceder a su entorno de trabajo en cualquier momento.
Por otra parte, es fundamental que este tipo de escritorio virtual se integre perfectamente con el resto de plataformas y aplicaciones que utilizamos en el día a día de nuestro trabajo. Un ejemplo el empleo de discos duros virtuales, de los que existen numerosas opciones en el mercado.
En este sentido, la herramienta desarrollada por netelip, permite configurar un espacio de almacenamiento en la nube donde, nuevamente, cada empresa contrata sus propias necesidades. Evita así la instalación física de dispositivos de almacenamiento y se asegura un acceso y gestión de los datos dentro de grupos de trabajo, donde todos sus integrantes pueden trabajar con dicha información con total libertad y desde cualquier punto geográfico, sin limitación alguna.
Por tanto, es imprescindible perder el miedo a trabajar en la nube. El cloud computing ha puesto en manos de autónomos, pequeñas y medianas empresas la posibilidad de contar con herramientas tecnológicas que hasta hace poco sólo estaban al alcance de grandes compañías. Ya no es tan importante ser el más grande, sino el más rápido. ¿Te vas a quedar atrás?