Por Redacción - Mayo 10, 2020
Milbrait surge en Madrid en 2016 en calle Serrano con un proyecto ambicioso que estaba centrado en ofrecer servicios de marketing y comunicación a despachos de abogados. El proyecto se ha ido desarrollando y en 2020 el modelo de negocio es completamente distinto.
Entre sus servicios más demandados se encuentra el asesoramiento en uso de nuevas tecnologías para optimización de procesos en mediana y gran empresa. Milbrait refuerza su perfil internacional afianzando su colaboración con la red internacional IURISGAL INOLF
Entrevistamos a su fundadora, Cristina Gil Rey.
¿Cómo nació la firma?
La firma se registró como marca en 2016 con sede en Madrid y ofrecíamos marketing y comunicación a empresas. A lo largo de este tiempo hemos idos evolucionado y somos asesores en tecnología, pero intentamos que el servicio sea lo más integral posible y dar solución a los problemas que nos plantean las empresas. Mi formación de base es el Derecho, pero he ido complementando mi formación en nuevas tecnologías y lo sigo haciendo, pues es necesario seguir estudiando para poder ofrecer el mejor servicio a los clientes.
¿Por qué comenzó en Madrid?
Mi red de networking siempre ha sido muy buena a nivel nacional, pensé que podría ser interesante para la estrategia del negocio comenzar desde allí. Con el tiempo comenzamos a visitar empresas en Barcelona, Valencia, etc. y el balance de la acogida es muy positivo.
¿Cuál diría qué es la filosofía de la empresa?
En Milbrait apostamos fuertemente por la colaboración entre empresas y por la creación de alianzas estratégicas; para ellos es muy importante conocer en que punto se encuentra cada empresa para plantearles proyectos conjuntos y que sean de interés para ambos. Creo que otra de nuestras señas de identidad es que siempre hemos escuchado, desde el principio nos hemos apoyado en la experiencia de empresarios con amplio bagaje, diría que tuvimos esa suerte que hay mucha gente detrás asesorando y que les escuchamos. En la empresa como en la vida, es necesario hacer la autocrítica y practicar la escucha activa de las necesidades que nos transmiten los clientes.
¿Podría poner un ejemplo de esa escucha activa?
Las empresas nos transmitieron su preocupación por las infraestructuras seguras y por la posibilidad de tener un análisis informático, en este punto comenzamos a colaborar con Forenscic & Security, especialistas en peritaje informático y ciberseguridad.
En esta etapa que nos encontramos serán muchas las dudas a nivel internacional.
A nivel internacional para dar servicio a nuestros clientes colaboramos con IURISGAL INOLF. Para nuestros clientes es un valor añadido conocer de primera mano que está ocurriendo en el resto del mundo y como se está adaptando la normativa tras el COVID-19. La red tiene como lengua oficial el castellano, esto es algo que facilita muchísimo la comunicación entre los miembros y que anula la posibilidad de perder información. Esta etapa estamos teletrabajando para ofrecer las mejores soluciones a nuestros clientes de forma segura.