Llevan más de cuatro años en activo y la pandemia no les ha frenado. StylePrivé pertenece al sector de los salones de belleza que el Gobierno consideró esenciales en su Real Decreto del pasado marzo. Desde el inicio del confinamiento, esta plataforma ha desdoblado su trabajo a domicilio para cubrir el servicio de peluquería de primera necesidad. La creciente demanda de personas en riesgo por la COVID-19 ha multiplicado su labor. Tanto, que ofrecen sumarse a su filas a los autónomos parados por la crisis sanitaria.
Los más de 1.000 profesionales de StylePrivé atienden, entre otros, las necesidades básicas que reclaman sobre todo los clientes con edades entre 80 y 100 años. "Lo primero son los necesitados", declara Patricia Manso, CEO de la plataforma. Según estima, lo prioritario es "atender a una sociedad que en estos momentos complicados".
Por otro lado, para hacer frente a esta situación sin precedentes, quieren ayudar tanto a clientes como a profesionales del sector. Muchos salones han tenido que cerrar debido al frenazo económico provocado por las medidas de aislamiento. Por ello, desde la plataforma animan a los peluqueros autónomos que quieran trabajar a darse de alta para atender la elevada demanda de personal sanitario, bomberos... que requieren el servicio.
Seguridad y disponibilidad
“No podemos atender a tantas personas”, reconoce Manso, que desea que las peluquerías vean la plataforma “como una oportunidad”. “Me compensa ayudar y ver la sonrisa de los clientes en situaciones críticas o con cáncer cuando les atendemos, emociona ver las muestras de agradecimiento al acabar cada agotadora jornada”, expresa.
Quienes quieran unirse al equipo de peluqueros profesionales, además de estar dados de alta en el RETA, deberán seguir estrictamente las medidas de seguridad recomendadas por sanidad. Los clientes confirman que disponen de guantes y mascarillas y los profesionales hacen lo propio, además de tomarse la temperatura para demostrar que no tienen coronavirus, comentan desde la organización.
“Hemos doblado las medidas para garantizar la seguridad de ambos, tanto profesionales como clientes”, asegura. Una vez aceptados por la página, el profesional o el salón es quien establece el precio y las condiciones de su servicio: cuándo, cómo y dónde va a ofrecerlo. En todo momento, el trabajador o salón tiene el poder de aceptar o rechazar el servicio.