woman thinking dreaming has many ideas looking up
Para quien esté pensando en montar su negocio en 2018, creo que existe al menos una idea que debiera tomarse seriamente en consideración. En un mundo lleno de productos y servicios, atestado de soluciones para todo tipo de problemas, parece insólito que cada día sigan apareciendo más y más casos de éxito en todo el mundo. ¿Cómo es que algunas empresas son capaces de irrumpir exitosamente en mercados altamente saturados como la moda o el vino? ¿Por qué solo algunas marcas son recordadas, mientras que otras se van al olvido?
Nadie pareciera estar en desacuerdo en pensar que, por diseño, las personas no somos consumidores racionales, y que por tanto consumimos lo que consumimos más bien porque nos guiamos por aspectos emocionales, sensibles y que poco tienen de lógicos. ¿De qué otra manera se justificaría que cientos de personas esperaran en línea fuera de la Apple Store en NYC para el lanzamiento de cada nuevo Iphone? Esto me hace presumir que no se trata únicamente del producto o solución (el qué), sino más bien del porqué.
Estoy convencido de que muchas de las empresas o startups que aparecen cada año, aún con los mejores planes de negocio o las más grandes ambiciones, fallan precisamente en no saber cuál es su porqué. Por otro lado, las que sí lo saben fallan en comunicarlo. Y es que en un mundo tan hiperconectado como en el que vivimos hoy, la comunicación lo es todo.
Ya no basta con conseguir clientes. Toda empresa que quiera tener éxito en 2018 debe plantearse conseguir admiradores. Si analizamos las empresas más influyentes en el mundo, veremos que existe un patrón claramente definido en cada una de ellas: todas comunican algo; todas cumplen con transmitir valores con los cuales las personas se pueden identificar.
De acuerdo con Forbes, las 3 empresas más influyentes en el mundo en 2017 fueron: Apple, Amazon y Starbucks. No sé si es preciso hablar acerca de Apple. Guste o no, la manzana ha sabido posicionarse como una marca revolucionaria y la vez única, cuya propuesta va mucho más allá de solo computadoras o teléfonos celulares. Algo muy parecido sucede con Starbucks. Nadie va a Starbucks en busca del mejor café del mundo. La gente va porque les hace sentir bien consigo mismas; porque sienten que les da estatus y porque las hace sentir en casa.
Afortunadamente, no se necesita ser una compañía de esa talla para ser capaz de comunicar algo. Los grandes movimientos a lo largo de la historia han nacido sencillamente de ideas. Ideas que han conectado con miles de personas que también pensaron lo mismo y terminaron por hacer de la causa, su propia causa.
Y es que todas las personas tenemos epifanías, sueños o aspiraciones, que aunque por más pequeñas que puedan ser, son las que terminan definiendo quiénes somos y para dónde vamos.
Son por tanto, exitosas las empresas que más que centrarse en una solución, se enfocan en la causa y en el porqué, y en cómo comunicarlo. Es por ello que probablemente nunca veamos a alguien con un tatuaje de Dell, pero sí de Apple.
Emprendimientos que han tenido éxito comunicando sus propósitos existen varios, como es el caso de Lab4U, buscando revolucionar la manera en que los jóvenes aprenden física y química o MusicBizz, startup chilena que intenta unificar y potenciar la industria musical de habla hispana, por nombrar algunos.
Y esto es solo el principio. En definitiva, todo nuevo proyecto o empresa que nazca en 2018 deberá tener en consideración el definir para qué existe; cuál es su causa y cómo puede hacer con ella eco en la gente que la consume, dado que en un mundo donde pareciera haber más soluciones que problemas, el porqué se está convirtiendo en algo mucho más potente que solo el producto.