“La electrificación ofrece importantes ventajas para el sector industrial español, como la reducción sustancial de las emisiones de carbono, el aumento de la eficiencia energética, la mejora de la seguridad energética y una amplia aplicabilidad en diversas industrias”. Este es el planteamiento general sobre el que pivota el informe ‘Electrificación directa de la industria en España: oportunidades y retos en el sector agroalimentario’, presentado por Cleantech for Iberia, realizado con el apoyo de la European Climate Foundation (ECF) y que recoge contribuciones de los principales agentes del sector industrial español, entre ellos institutos tecnológicos, start-ups, scale-ups, gran industria y ONGs.
El informe compara las tecnologías de electrificación con las tecnologías de descarbonización tradicionales y alternativas, identifica los procesos más intensivos en CO2 en el tejido industrial español, explora cómo pueden aplicarse a sus procesos de producción las tecnologías de electrificación, identifica los principales obstáculos a la adopción, analiza las políticas actuales que fomentan una mayor electrificación en todas las industrias y recomienda nuevas medidas políticas para superar las actuales barreras a la electrificación de la industria.
Durante la presentación, que ha acogido la sede de ECF en Madrid con el apoyo de los principales actores del sector industrial de las tecnologías limpias en la Península Ibérica, la directora de Cleantech for Iberia, Bianca Dragomir, ha sostenido que “España cuenta con una de las redes con menor intensidad de carbono de Europa, lo que amplifica las reducciones de emisiones derivadas de la electrificación industrial y puede situar al tejido industrial español como el mejor posicionado para encabezar la reindustrialización verde europea”.
En este sentido, el documento analiza las principales ventajas de apostar por la electricidad en el tejido industrial español, en general, y en el agroalimentario, en particular, como primer paso para colocar a España “en el liderazgo de Europa en el uso de tecnologías limpias”. Unas ventajas que “son especialmente pronunciadas en España debido a su mix eléctrico, cada vez más bajo en carbono y con una parte significativa de la electricidad procedente de fuentes renovables”, explica Dragomir.
Hoja de ruta colaborativa hacia la electrificación
Entre los retos a superar, el informe incluye una hoja de ruta colaborativa hacia la electrificación y recomendaciones hacía las autoridades competentes de España. Así, defiende la necesidad de promover incentivos financieros y fiscales, como la reducción de tarifas de la red eléctrica y del IVA para que la electrificación sea más competitiva para la industria. También plantea racionalizar los procedimientos de financiación y ampliar el alcance de la ayuda financiera procedente de regímenes financieros como el PERTE del sector, para que en futuras versiones contemple la creación de un presupuesto específico para proyectos de electrificación y para apoyar los costes de integración, especialmente en el caso de las instalaciones que utilizan calor residual.
La hoja de ruta constata la necesidad de que la red pueda garantizar un uso eficiente y optimizado mediante conexiones y servicios de red flexibles, la aplicación de tarifas de red por tiempo de uso y dar prioridad a las inversiones de modernización de infraestructuras de red para aumentar la capacidad. Así como las redes de transmisión y distribución, para poder dar cabida a una integración cada vez mayor de las energías renovables.
Tipología de tecnologías de electrificación por sectores
El informe también repasa las alternativas de electrificación a las que puede atenerse el tejido industrial español en función del sector que las implemente y de la oscilación de temperaturas necesarias para conseguir un rendimiento óptimo, tanto de eficiencia energética como de costes de implantación y de mantenimiento. Son, principalmente, las bombas de calor, las calderas eléctricas, la calefacción por resistencia eléctrica y el almacenamiento de energía técnica
Según constata el informe, las bombas de calor “ofrecen una eficiencia excepcional y son especialmente adecuadas para procesos a baja temperatura”. Las calderas eléctricas “son capaces de alcanzar temperaturas más altas con un control preciso y emisiones reducidas”. La calefacción por resistencia eléctrica “proporciona un calentamiento rápido y un control preciso de la temperatura para aplicaciones específicas”. El almacenamiento de energía térmica “ayuda a equilibrar la oferta y la demanda de energía y a integrar gradualmente la generación renovable, lo que permite ahorrar costes y mejorar la gestión de la red”.
Cada tecnología tiene sus puntos fuertes, lo que las hace adecuadas para distintas aplicaciones industriales en función de factores como las temperaturas requeridas y las características específicas del proceso.
Sector agroalimentario
Precisamente, el informe sitúa la industria agroalimentaria como la más propicia para liderar la reindustrialización verde en España. Así, el documento recoge que el agroalimentario es “el cuarto sector más grande de Europa y representa el 5,8% del PIB español -el 11% si se incluyen todas las actividades de la cadena alimentaria-, presenta un caso convincente para la adopción temprana de tecnologías de electrificación debido a sus menores requisitos de temperatura y su alta intensidad energética”. De hecho, el informe describe que “con unos requisitos de temperatura que suelen oscilar entre los 20 °C y los 260 °C, este sector es comparativamente más fácil de descarbonizar que industrias pesadas como la producción de cemento y acero”.
Flexibilidad, sistemas energéticos inteligentes y descarbonización
Con todo, la electrificación también ofrece una oportunidad única para introducir una mayor flexibilidad en todas las industrias, no solo en la agroalimentaria. A medida que avanzan las tecnologías de electrificación, las industrias pueden optimizar sus operaciones mediante la integración de sistemas energéticos inteligentes, soluciones de almacenamiento de energía y fuentes de energía renovables.
“Liderar la electrificación directa de la industria mejorará la competitividad industrial de España, reducirá las emisiones de carbono y allanará el camino para la descarbonización de la industria, apoyando los objetivos climáticos del país y avanzando en su liderazgo en la reindustrialización verde”, subraya Dragomir a partir de las conclusiones del informe.