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España, uno de los países europeos más generosos con la I+D

Por Redacción - Mayo 19, 2022

España es uno de los países europeos más generosos a nivel de régimen fiscal a la I+D, con un 30% de generosidad media, una cifra que está incluso por encima de políticas fiscales, a priori, más favorables como Reino Unido (24%), Alemania (25%), Irlanda (25%), Italia (24%), Países Bajos (11,4%) o incluso EE.UU; donde las deducciones fiscales relacionadas con la inversión en I+D de las pymes se sitúan en una media del 24%.

No obstante, la complejidad del marco regulatorio, que no permite calificar los proyectos como I+D fácilmente, puesto que requiere un alto criterio de novedad, y la complejidad de este proceso fruto de la alta exigencia y trabas por parte de la administración, desincentiva la solicitud de las deducciones por I+D y otros incentivos fiscales a la Innovación.

Estas son algunas de las conclusiones que arroja The Benchmark, un informe elaborado por Ayming, compañía internacional de consultoría especializada en la mejora del rendimiento empresarial presente en 15 países, que realiza una revisión anual independiente de los regímenes de incentivos a la I+D en 24 países, basándose en dos parámetros: la generosidad del régimen (el valor monetario de lo que la empresa puede deducirse) y la facilidad de aplicación (nivel de dificultad para obtener el beneficio, qué implica una inspección, etc).

El régimen fiscal español a la Innovación permite que a nivel de deducción fiscal por I+D, una compañía pueda aplicarse deducciones fiscales de hasta el 59%, es decir, indedependientemente de su tipología, PYME o Gran Empresa.

Las deducciones fiscales por I+D+i aplicadas en España son comprobadas en los procesos de inspección por técnicos expertos de la Agencia Tributaria, requiriéndose, además, una justificación técnica y económica completa, en la que se exige un alto grado de novedad. Esto supone que los requisitos de los proyectos de I+D requieran de un acompañamiento completo en todo el proceso, a fin de contar con la máxima seguridad jurídica en su aplicación.

De esta forma, según el informe internacional The Benchmark 2022, España cuenta con un índice de generosidad medio elevado (30%) que se sitúa en línea con sus países vecinos e incluso más interesante para las grandes corporaciones, pero cuenta con una elevada dificultad de aplicación, lo que provoca que esté situada a la cola en materia de deducciones fiscales a la I+D.

Para Javier Saldaña, director de Innovación en Ayming en España, la I+D es "una cuestión crucial para el desarrollo de las empresas de nuestro país, que han visto cómo durante los dos últimos años, los incesantes e inesperados acontecimientos han retado a sus compañías a buscar constantemente incrementar su competitividad y posición en el mercado, logrando esto a través de la innovación".

"Los incentivos fiscales", prosigue, "son primordiales para que las compañías puedan incorporar la I+D a sus planes de estratégicos y, por ello, los procesos para poder aprovechar esas herramientas fiscales deberían ser menos complejos en su aplicación. De cada 100 euros invertidos, 59 son potencialmente deducibles; se trata de una cantidad nada desdeñable, pero para la que es crucial contar con un asesoramiento experto, de cara a buscar la máxima seguridad jurídica, en un régimen que plantea distintas etapas muy estrictas”.

Tal y como recoge The Benchmark 2022, el sistema de incentivos fiscales español no contempla ventajas diferenciales para PYMES, ya que el porcentaje de deducción establecido no tiene en cuenta este criterio.

No es así en el caso de Francia, que además de presentar el mismo índice de generosidad  (30%) -20% para el caso de las PYMES- , también ofrece una facilidad de aplicación baja: las compañías únicamente deben presentar una plantilla de justificación en la que se detalle la I+D lleva a cabo, además de realizar auditorias regulatorias para analizar los proyectos que se están desarrollando.

Uno de los países donde más se están aplicando los incentivos fiscales a la I+D+i es Reino Unido, incorporando regímenes cada vez más generosos. Con un índice de generosidad inferior al Español (24,7%), ofrece una atractiva variedad de ventajas para las PYMES y grandes empresas. Aquellas pymes que presenten beneficios podrían optar hasta un 230% de deducción de impuestos. Destaca, además, la agilidad de su tramitación, ya que se marca un objetivo de entrega de la prestación de 28 días (tras su solicitud) para las PYME y de máximo 6 meses para las grandes empresas.

Portugal es, entre los 24 países analizados, el que mayor índice de generosidad presenta, situándose en un 40%. El país lusitano también contempla desgravaciones para las PYME de nueva creación que no hayan completado los dos ejercicios fiscales, ofreciendo una tasa básica del 15%.

Se debe mencionar que al presentar esta amplitud de beneficios el sistema está situado en un nivel medio de aplicación, lo que supone que cualquier solicitud deba presentarse ante la Agencia Nacional para cada reclamación, conllevando periodos de casi un año. Además, se requiere de conocimientos elevados en materia de regulación, ya que los créditos fiscales son muy exigentes y requieren de justificaciones técnicas y financieras completas.

Países Bajos presenta un régimen diferencial y es que, a pesar de contar con un índice de generosidad bajo (11,4%), su facilidad de aplicación es medio y las compañías beneficiarias es muy  probable que apenas se enfrenten a inspecciones o revisiones. El sistema de tramitaciones está completamente digitalizado y entre sus principales ventajas destaca la reducción de los costes de nómina asociados a los proyectos de I+D.

“Tal y como podemos observar existen diferentes esquemas para beneficiar a todas aquellas empresas que apuesten por la I+D y diferentes métodos para su gestión, donde, además, se tienen en cuenta criterios cruciales como el tamaño de las compañías. Es necesario que mejoremos nuestro esquema siguiendo el ejemplo de países de éxito en dinamización de incentivos fiscales a la I+D, como es Portugal, y comencemos a trabajar de manera inmediata en la promoción y simplificación del proceso de deducciones de I+D, dotándolo a su vez, de un marco regulatorio estable y seguro. De forma que podamos dar un impulso definitivo a la Innovación empresarial en España”, concluye Javier Saldaña, director de Innovación en Ayming en España.

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