Por Redacción - Nov 4, 2020
La ilicitana Simplicity Works da el salto a los grandes fabricantes americanos con Bonding Cell, su innovadora tecnología para la creación de calzado. Un sistema que, tras ser testado por importantes firmas del sector, entra de lleno en fase industrial y se convierte en uno de los principales ejemplos de cómo la industria 4.0 comienza a impulsar la “globalización inversa”, una tendencia que está llevando a importantes marcas a relocalizar su producción en sus zonas de origen.
Así pues, la firma, con sede en Elche (Alicante), ya ha iniciado la exportación de sus primeras líneas de producción para distintas compañías entre las que destaca la mexicana Berrendo, uno de los principales fabricantes de calzado de seguridad y outdoor del continente, en cuyas instalaciones nacen las botas y zapatos de conocidas marcas internacionales como Carterpillar o Puma Safety, entre otras.
Junto al envío de toda la maquinaria necesaria, Simplicity Works también ha realizado formaciones específicas con su equipo de ingenieros para la rápida implantación de su tecnología.
El sistema Bonding Cell utiliza un único molde tridimensional, ahora adaptado a las exigencias de la producción en cadena, para aplicar el sistema de unión de componentes 3D Bonding. Esta técnica, única en el sector, utiliza una inyección líquida de polímeros para pegar en segundos las piezas que habitualmente se cosen o fijan al calzado de forma manual.
De esta manera, el proceso patentado por esta empresa española permite reducir hasta en un 75% el tiempo de producción destinado a la fabricación de un par de zapatos, recortando a su vez hasta en 4,25 euros los costes medios y disminuyendo notablemente el impacto medioambiental, gracias al menor uso de energía, agua y producción de CO2.
“El salto a una fase industrial es un hito muy importante para Simplicity Works, ya que muestra la eficiencia de nuestra tecnología en condiciones de producción muy intensas y exigentes. Integrarnos en un gran fabricante como Berrendo nos abre las puertas para contar con la confianza de las marcas internacionales, cada vez más interesadas en traer de vuelta a su región de origen la creación de productos que se hayan deslocalizados en distintos países. Gracias al sistema Bonding Cell, es posible competir con los bajos costes de algunos mercados y crear empleo local de calidad, manteniendo los más altos estándares para el calzado”, explica Adrián Hernández, fundador y managing director de Simplicity Works.
La mejora de la productividad que proporciona la tecnología Bonding Cell también ha tenido en cuenta, desde los primeros momentos de su desarrollo, la necesidad de reducir el impacto medioambiental de la industria.
“En esta nueva etapa de producción a gran escala, estimamos que nuestro sistema permitirá manufacturar más de 800 pares de zapatos o zapatillas al día en cualquier factoría que trabaje con dos turnos”, afirma Hernández. “Además, proporcionamos el valor añadido de un proceso de producción sin residuos o zero waste, en el que reducimos muchísimo el desperdicio de materiales y facilitamos el reciclaje de partes sobrantes para la fabricación de entresuelas, materiales de aislamiento o suelos amortiguadores, en el caso de la industria del calzado”, destaca el directivo.
Según los datos manejados por la compañía, el impacto de su maquinaria supondría una rebaja de CO2 de más del 13% por cada par de zapatos, lo que representaría una reducción de 1.062.450 kg de CO2 por cada millón de zapatos fabricados, a los que se sumaría un ahorro de 13 millones de litros agua. Actualmente, ningún otro sistema de producción de calzado alcanza este nivel de responsabilidad con el entorno.