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Definir un modelo de negocio: el viejo paso que ahorrará tropiezos nuevos

Redactora (La Habana-Cuba)

Sí, la improvisación puede ser buena en muchas ocasiones y hasta puede que te saque de más de un apuro, pero atentos: hay que definir un modelo de negocios para evitar muchos tropiezos y saber cuál es el camino que pretendemos recorrer.

Un modelo de negocio es esencial para la planificación estratégica, la ejecución efectiva y el éxito sostenible de cualquier empresa o proyecto. En otras palabras: es la piedra angular sobre la que debería descansar todo.

Es como tener un mapa que ayude a encontrar el camino, una herramienta que proporcione una estructura sólida y coherente para guiar todas las actividades de tu proyecto personal o emprendimiento.

¿Por qué necesitamos contar con uno propio? Las razones son variadas, pero todas convincentes como para poner manos a la obra en encontrar o repensar el tuyo.

Un modelo de negocios bien definido proporciona una visión clara de cómo operará tu empresa, así como aspectos importantes que van desde qué valor aportará a los clientes hasta cómo generar ingresos.

Si la palabra clave anteriormente era “enfoque”, ahora hablamos de “toma de decisiones efectivas”, pues te da el marco para evaluar nuevas oportunidades, productos o estrategias en función de cómo se ajustan al modelo existente.

De igual forma, posibilitará contar con una herramienta poderosa para comunicar tu propuesta de valor a socios, inversiones, clientes potenciales y a tus propios empleados.

Además, si eres de los que te gusta “medir” el cumplimiento de tus planes, pues un modelo de negocios establece métricas y KPIs (Indicadores Clave de Rendimiento) para evaluar el éxito y el progreso de tu empresa.

¿Qué debes tener en cuenta para poner en limpio tu modelo de negocios?

Primero, define claramente qué valor aportas a tus clientes, o sea, tu propuesta de valor. Responde estas preguntas: ¿Cuál es el problema que resuelves? ¿Qué necesidad satisfaces?

Tampoco olvides identificar a tu público objetivo, tu segmento de mercado. Otra vez las interrogantes: ¿Quiénes son tus clientes ideales? Estúdialos, comprende sus características, necesidades y comportamientos.

También decide cuáles serán tus canales de distribución, la forma en la que llegarás a tus clientes, sea mediante ventas directas, distribuidores, comercio electrónico u otros.

Piensa, igualmente, cómo vas a generar ingresos, qué venderás y como, y define precios, formas de pago y modelos de monetización. A esto suma que debes establecer la estructura de costos, ver cuáles son los costos fijos, variables, de adquisición de clientes, de producción, etc.

Asegúrate de construir un modelo de negocios flexible que puedas mejorar conforme tengas más experiencia y cambie el mercado. Edifica uno que sea capaz de “oscilar”, pero no derrumbarse y que te permita seguir creciendo hasta alcanzar el éxito.

Redactora (La Habana-Cuba)
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