Los economistas apelan a "recuperar la movilidad" para que el turismo alcance al menos el 40% de la actividad de 2019.
El cuarto trimestre del año 2020 nos dejó con un crecimiento económico "nulo" (inferior al 0,4% esperado), lo que ha restado poder de "tracción e inercia" al inicio del 2021. Así lo entiende el Consejo General de Economistas de España (CGE). Revisa una décima a la baja su previsión del PIB para este ejercicio hasta el 5,6%, y eleva al 5,4% la del año próximo. Se apoyan en el paro, la cuarta ola de COVID-19 y el retraso en la vacunación.
También reflejan esa caída en los primeros meses del año a través de índices como el de producción industrial. En enero esta variable ha mutado un -0,7% desde diciembre y un -2,2% respecto al mes de 2020. Por otro lado, el comercio minorista se ha desplomado un 7,6% en comparación con diciembre. Aunque febrero trajo cierta recuperación (+4,6%).
No obstante, el segundo mes del año ha reforzado la destrucción de empleo, con 44.436 parados más. Si a ello añadimos la destrucción de empresas y las pérdidas de sectores como el automovilístico (38% menos de matriculación de automóviles), las previsiones empeoran. Al menos para el primer trimestre del año, comentan los economistas.
Pero es que, si además contamos con la evolución de la pandemia y el retraso en vacunación y del plan europeo...también bajan las previsiones anuales. Ese empeoramiento del PIB al 5,6% se debe a esta Semana Santa famélica con un sector servicios que pesa mucho y aportará poco. Las esperanzas de reactivación "se han esfumado", señala el CGE.
En España el sector terciario representa un 67,8% del PIB. Y de este, el turismo ostenta el 12%. Por ello los economistas apelan a "recuperar la movilidad" para que el turismo alcance al menos el 40% de la cosecha de 2019. Esa actividad turística, esa apertura "en sincronía con Europa" es la que puede aportar "cierto rebote en el último semestre", dicen.
Fuente: Consejo General de Economistas (CGE).
Además, el ahorro de prevención se sitúa en máximos. Actualmente supone el 22% de la renta disponible. "Mientras no se reinicie la movilidad, no se reactivará el consumo ni la inversión por las expectativas inciertas", insisten los economistas.
Por otro lado, el IPC adelantado de marzo anota un incremento del 1% mensual y del 1,3% interanual (frente al 0,6% y 0% de febrero, respectivamente). No obstante, tal crecimiento se debe fundamentalmente al incremento de los precios de electricidad y carburantes. Dos valores que se derrumbaron en el mismo mes de 2020, como ya sabemos. "Habrá que esperar en los próximos meses la evolución de los precios y sus efectos", apuntan.
Por todo ello, mantienen los cálculos de déficit (10%) y deuda pública (entre 119% y 121%) para 2021. Así como la estimación de la tasa de paro (entre 16,5% y 17,5%). Principalmente porque los ERTE se extenderán hasta finales de año, y temen que muchos de esos trabajadores terminarán engrosando las filas de parados.
De esta forma, los vaticinios para el año 2022 dependerán en gran medida de esas ayudas europeas. Los economistas no esperan que se empiecen a notar hasta finales de año, y sobre todo a partir del próximo ejercicio. Unas ayudas que supondrían en torno al 1% del PIB. Por ello elevan esa previsión al 5,6% para el año que viene, que esperemos sea mejor.
