El Consejo General de Economistas mantiene que el PIB se contraerá el 11,2% en 2020. La escasa recuperación del verano y la nube de rebrotes que podría intensificarse con la vuelta a las aulas no auguran un segundo semestre económicamente fuerte. Los economistas ven aún muy pesado el lastre de pérdidas durante el confinamiento, por lo que urgen aprobar unos presupuestos "consensuados" y adaptados a la situación actual.
El último tercio de este pandémico 2020 necesita compensar el cúmulo de costes que todavía sufren especialmente sectores como el turismo, el ocio, la cultura o el comercio. Además, la disparidad de medidas entre las Comunidades Autónomas para organizar el regreso a los colegios amenaza con nuevos rebrotes. Por ello lo economistas subrayan el consejo del Banco de España de la semana pasada: aumentar la detección y el rastreo.
Así se podrán contener los focos locales de Covid-19 y ahorrar costes, sobre todo sanitarios, y con ellos los demás gastos asociados. La situación que prevén para los próximos meses incluye el fin de los ERTE, con el consiguiente aumento del paro. Esto afectará al 95% del tejido empresarial español: las pymes. Por ello insisten en que esta y otras medidas deberían ampliarse "más allá de fin de año". De hecho, con esta ampliación, esperan que el desempleo alcance valores de entre el 20 y el 22% este 2020.
Los economistas mantienen sus previsiones de caída del PIB y de déficit (12-15%) y deuda pública (120-125%). Y por eso destacan lo ineficaz de mantener unos presupuestos aprobados en 2018, cuando la situación económica era "radicalmente distinta". La reducción de ingresos (el IVA habría perdido un 50% de recaudación en el segundo trimestre) y el aumento del gasto, sobre todo sanitario, hacen "indispensable y urgente" aprobar unos presupuestos "consensuados por la mayoría de los partidos políticos".
Además, estos presupuestos deberían incluir el destino de las ayudas europeas, que tienen que estar asignadas a proyectos concretos. En este sentido, matizan, es fundamental contar con la colaboración del sector privado para que presenten planes viables, así como plantear medidas que favorezcan la I+D+I que refuercen la productividad y la formación.
También es un buen momento para abordar la "redimensión de la estructura funcionarial del Estado" y adaptarla a los retos de digitalización y medio ambiente de las políticas europeas. Apoyar al sector privado es "fundamental", defienden, y se deben establecer medidas para incentivar tanto la contratación laboral y la fiscalidad empresarial como la inversión. En España la tasa de ahorro está en el 12% y se espera que finalice casi en el doble (20%), lo que refleja, comentan, la "la aversión al riesgo" y el "retraimiento del consumo" por la incertidumbre.