Como cada ecosistema, el emprendimiento en España ha afrontado sus propias fallas internas mientras todos han capeado el temporal pandémico y ahora energético-inflacionista como han podido. Pero en general tenemos un "gran capital humano" y un tejido emprendedor cada vez más femenino y especialmente concienciado a nivel social y medioambiental. Son algunas de las principales conclusiones del Informe GEM del Observatorio Global de Emprendimiento en nuestro país en 2021, presentado hoy.
Un informe más visual y transversal que en ediciones anteriores, pero que sigue siendo una "foto fundamental" para actores tan importantes como Enisa. Su consejero delegado, José Bayón, así lo ha defendido: "Nos orienta para decidir a dónde llevar los préstamos", y también para las "políticas de emprendimiento e innovación del país". En su opinión, aunque ha habido y sigue habiendo "nubarrones" a nivel geopolítico y económico, nuestras empresas han aguantado "mejor que las de países del entorno".
Bayón ha destacado el porcentaje de mujeres implicadas en proyectos de menos de tres años, que ya "supera al de los hombres". Aunque es cierto que en proyectos digitales todavía hay más hombres que mujeres (33% frente al 23%). Y seguimos cinco puntos por debajo de la media europea en emprendimiento potencial (con un 10%), por lo que hay que "seguir trabajando" para acortar "estas brechas", ha señalado.
En cualquier caso, sí que podemos decir que se ha evolucionado notablemente en estos últimos diez años convulsos. Y en este informe se pueden ver rasgos propios del emprendedor español: más de la mitad muestran preocupación por el medioambiente y el impacto social de los proyectos iniciados. Algo que se ha analizado en detalle junto con otros elementos, como la digitalización, el nivel educativo o las motivaciones.
Tras la presentación del informe como tal, el catedrático de la Universidad de Cádiz, José R. Navarro, ha expuesto a debate las medidas del Proyecto de Ley de Empresas Emergentes. Según los expertos encuestados, la valoración media de cómo afectarán las medidas al ecosistema emprendedor es positiva (en torno al 6 sobre 10), pero algunas de las más valoradas son las que menos impacto aprecian que tendrán, y viceversa, ha explicado.
Es cierto que a nivel burocrático, regulatorio, fiscal... en general se esperan cambios positivos. Pero hay condiciones "más soft" como la formación emprendedora que suspenden (4,4). Esto se ha reflejado también en las explicaciones del asesor jurídico del Gabinete de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (responsable del proyecto de ley), Carlos R. de Toledo. Y en los resultados del propio informe, donde los emprendedores que parecen tener más conocimiento, por ej. financieros, vienen de FP.
"La educación es fundamental, no sólo en temas teóricos, sino también en temas más ambiciosos", defendía por su parte Luis Ruano (CEO del fondo Ricari y director del GEM en La Rioja). "Valoro mucho que me presenten bien un estudio de negocio, de mercado...". "Hay que educar a los niños en que las cosas cuestan para que aprendan ese proceso; que se sientan más capaces de emprender y entrar en esa dinámica económica", apunta.
De Toledo ha explicado, dentro de esas medidas de apoyo al sector, cómo vieron que era el momento de hacer una Ley de Startups. "Es una de las primeras leyes de startups de la UE", y que busca dar incentivos pero también conocer los rasgos del ecosistema emprendedor. Por ello se ha basado en cuatro pilares: sencillez burocrática, flexibilidad burocrática, atracción de talento e inversión, y políticas de concienciación, ha desgranado.
En términos generales, la responsable del Informe GEM 2021, Isabel Neira, ya ha avanzado que "va a ser difícil recuperar un TEA del 7%" (tasa de actividad emprendedora total, en inglés), y que el año pasado fue del 5,5%. Pasará algo parecido en cuanto a la percepción de oportunidades para emprender: 37% - 19% - 41% (2019-2020-2021, respectivamente), y volverán a bajar. Es decir; "Los datos del 2022 serán mucho más parecidos a los del 2019".
Neira ha desplegado algunas de las diferencias del emprendedor español en función de esa formación, el capital, sus motivaciones o el género, entre otros. El perfil es de alguien que conoce a otros emprendedores, tiene menos miedo al fracaso y una serie de conocimiento y habilidades de gran utilidad para que el proyecto tenga éxito. No hay muchas diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a conocimientos, pero sí en las motivaciones.
"Aquí sí hay diferencias sustanciales entre hombres y mujeres", comentaba Neira. "No es lo mismo hacerlo para obtener dividendos que para cambiar el mundo, continuar con la tradición familiar, o ganarse la vida porque el trabajo escasea". Los que continúan la tradición familiar "no es que sigan en la misma empresa", ha matizado, sino que han pasado por ella, pero realmente "crean empresas".
En cuanto al capital semilla requerido, la mitad de las empresas de mujeres emprendedoras están por debajo de los 10.000 euros, frente a los 20.000 en el caso de los hombres. No obstante, en líneas generales Bayón considera que esto es positivo. Pues, aunque sigue habiendo un porcentaje de emprendimiento por necesidad, un 70% de los proyectos iniciados han necesita un 30% de capital semilla.
Es decir, "se plantea emprender sin tener tanto dinero, es importantísimo", señalaba mientras recordaba el ticket medio (150.000 €) en Enisa. Es una opción de vida y de avance e innovación, de mejorar la vida, ha valorado. A nivel tecnológico se mantiene bastante parejo por sexos, aunque las mujeres tienen empresas menos innovadoras en producto o servicio, "o al menos así lo perciben", afinaba Neira. "Contestan menos".
Por último, a nivel internacional, esa capacidad de distribución fuera de las fronteras está empezando a "dejar de ser la tarea pendiente". Algo que además no debe hacernos olvidar, según María Benjumea (fundadora y directora de South Summit) el cambio en estos 10 últimos años (empresas emergentes y conexión de los agentes económicos). "Hemos dado un paso de gigante en temas cruciales como la fiscalidad o la financiación".
Benjumea ha defendido también que en España debemos estar "muy orgullosos" de cómo ha evolucionado nuestro ecosistema emprendedor. En Reino Unido, Alemania o Francia sus capitales acaparan el grueso. Aquí, sin embargo, entre Barcelona y Madrid no suman el 60%. Y con Valencia o Málaga no suman el 75%. "La capilaridad de ese cambio de mentalidad de ‘yo puedo desarrollar mi empresa’ ha sido un activo bestial".
Por otro lado, la responsable del South Summit ha insistido en incidir en temas como trabajar con todos los grupos políticos: "Que se amplíe la duración de la concepción de la startup". Y la clave a conseguir "sí o sí" para tener una norma competitiva es la concepción del "emprendedor en serie", ha dicho. Un perfil que, con mayores o menores éxitos en sus compañías, tiene un valor extra: "es un profesional en otear oportunidades".
"Es fundamental que montar una empresa se pueda hacer en cualquier parte de España" continuaba Ruano. En esto han ayudado las opciones de negocio SaaS, y la digitalización de zonas rurales. También ha señalado que a veces "no es tanto cómo entrar, sino también poner facilidades para salirse; para que se tengan segundas oportunidades".
En cuanto al proyecto de ley, todos los expertos han coincidido que se ha escuchado al ecosistema emprendedor, como aseguraba Benjumea. "Son absolutamente conscientes de la importancia de facilitar la normativa para ser más competitivos. Los inversores, a mi alrededor, no daban crédito de lo que se ha aprobado (especialmente sobre el carried interest; de lo más innovador que incluye la normativa en marcha).