Por Redacción - Abr 6, 2022
Conseguir un negocio propio es el sueño de muchos emprendedores. En el mercado existen algunas fórmulas que te ayudarán a conseguirlo. Una de las dudas más habituales es plantearse si vale la pena iniciar una startup, o bien decantarse por una franquicia.
Cada una de las fórmulas tiene sus características, pros, contras y otros detalles que habrá que tener en cuenta.
Pero a veces, no se tiene claro qué es cada cosa, por lo que vamos a explicar cada uno de los conceptos para que los emprendedores puedan tomar la decisión que mejor se ajuste a sus aspiraciones.
Una franquicia es un tipo de contrato que destaca por la existencia de un franquiciador y un franquiciado.
El franquiciador cobrará unos derechos de comercialización para que el franquiciado pueda usar la marca, el nombre, así como el diseño. Aportará la experiencia, el know-hoy del negocio, asistencia, etc.
El franquiciado es el propietario del negocio y será quien lleve a cabo las inversiones para que se ponga en marcha. Tendrá que llevar a cabo una serie de gastos, como un canon de entrada.
1. Marca reconocida
La mayoría de las franquicias ha creado una marca reconocida, por lo que ya tienen un amplio recorrido en el mercado. Esto quiere decir que el cliente ya conocerá el producto o servicio, clave para conseguir un determinado volumen de ventas.
Un buen ejemplo lo podemos encontrar en las franquicias rentables con Mr Jeff.
2. Se elevan las posibilidades de tener éxito
Las franquicias forman parte de un sistema que se ha probado y se puede asegurar que funcionan. Operan bajo un sistema común determinado.
El franquiciado será el responsable de las operaciones y recibirá una formación para que pueda llevarla a cabo. Gracias a este apoyo será más fácil replicar el éxito que ya se ha obtenido en otros lugares.
3. Se reducen los riesgos de prueba y error
Las franquicias trabajan con un modelo probado. Esto quiere decir que el ahorro será importante al no tener que estar probando cosas que no funcionan.
Teniendo en cuenta que alrededor del 80 por ciento de los negocios desaparecen antes de los primeros tres años desde su fundación, es muy interesante seguir una fórmula que permita reducir los riesgos.
4. Asesoría profesional
Además, en una franquicia podremos recibir consejos y orientación de una empresa que tiene mucha experiencia en el sector.
Cualquier problema que pueda presentarse mientras gestionamos el negocio puede ser solucionado con la asesoría del franquiciador.
Sin embargo, una franquicia también presenta algunas desventajas que deben tenerse en cuenta:
Cuotas: aunque esto dependerá de cada franquicia, lo habitual es que las cuotas iniciales sean un tanto elevadas y que haya que pagar unos costes al año por usar la marca.
Poca libertad: además, el franquiciado no tiene libertad para cambiar el catálogo de productos, servicios, el decorado de la tienda u otros elementos. Habrá que seguir ciertas normas sí se quiere seguir usando la licencia.
Una startup es una empresa de nueva creación que se encarga de la comercialización de productos o servicios que están relacionados con las TIC "S (es decir, con el uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación).
La teoría nos dice que este tipo de negocio, al tener un componente tecnológico, permite escalar el negocio de una forma muy rápida y sin necesitar de tanto capital como ocurría con otros proyectos de otros sectores.
1. Libertad
Al crear nuestro propio negocio podremos trabajar cuando queramos y desde donde queramos. No tendremos que dar reporte a ninguna empresa, así que tendremos una mayor sensación de libertad.
Tampoco existiría un límite de crecimiento, sino que la startup podrá crecer tanto como nos planteemos.
Sin embargo, el hecho de que no existan horarios ni límites podría ser contraproducente. Hará falta una fuerte disciplina por parte del empresario si quiere alcanzar las metas que se ha planteado.
2. Aprovechamiento de la creatividad
El propietario de una startup podrá aprovechar su creatividad para lanzar cualquier proyecto o idea que se le ocurra sin tener que dar cuentas a nadie.
Esto también supone un riesgo, ya que podría darse el caso de que la idea no fuese tan interesante como se imaginaba.
Entre las desventajas de una startup, destacamos las siguientes:
La probabilidad de éxito es baja: las estadísticas nos muestran que una de cada cuatro startup fracasarán en su primer año de vida; el 50 por ciento fracasarán en los siguientes cinco años; y solo un 30 por ciento podrán aguantar durante diez años.
Sin asesoramiento: con una startup no tendrás a una empresa profesional que te asesore, ni seguirás la estela de un camino de éxito.