Ya hace algunas semanas que estamos experimentando cierta recuperación en todos los ámbitos de nuestras vidas. A nivel económico las empresas retoman el pulso de su actividad y, si bien es cierto que todavía no hemos alcanzado los niveles previos a la crisis provocada por la pandemia del COVID-19, también es cierto que se empieza a mirar al futuro con un optimismo inaudito en semanas anteriores. En lo social también hemos recuperado el terreno perdido y estamos contribuyendo a alcanzar los niveles de actividad previos al confinamiento.
Con este alentador panorama no debemos perder de vista los aprendizajes obtenidos durante este complejo periodo pues, según mi opinión, van a ser clave para afrontar un posible escenario de rebrote del virus o, más allá del COVID-19, cualquier otra situación convulsa que requiera de una coordinación rápida entre todos los estamentos de la sociedad.
ESPAÑA: LA ECONOMÍA NO PUEDE PARAR. Uno de los principales aprendizajes que hemos obtenido durante este periodo es que el país no puede parar, por completo, su actividad económica. En el futuro, la gestión de un posible rebrote debe ser llevado a cabo de manera quirúrgica, adaptando las medidas de restricción a cada una de las circunstancias en las que se encuentren las comunidades autónomas y sus provincias. Se debe priorizar la salud de las personas garantizando las medidas de protección adecuadas para prevenir contagios, en esto estamos todos de acuerdo, pero la economía y el trabajo de nuestros conciudadanos también es un activo a preservar.
LAS EMPRESAS. El del COVID ha sido un ensayo general magnífico para testear la evolución de las organizaciones hacia un modelo más flexible y centrado en las personas que forman parte de ellas. Así, posicionando a los empleados en la centralidad de las decisiones corporativas, las empresas verán cómo la concepción clásica de organización empresarial cambia incluyendo algunos de los conceptos que describo a continuación:
EL EMPLEADO COMO CLIENTE. Hemos usado el concepto en muchas ocasiones para elevar la importancia de los clientes externos o consumidores de los productos y servicios que ofrece nuestra organización. Es el famoso Customer-centrism. Y también hemos trasladado el concepto a nuestro equipo de colaboradores. En este caso, hemos acuñado el término employee-centrism. Ahora, más que nunca, es el momento de aplicarlo e incluirlo en la estrategia de la organización con el objetivo de construir equipos cada vez más comprometidos. Construir el futuro de la organización involucrando a los empleados nos reportará pingües beneficios en materia de fidelización y captación de talento, productividad, alineamiento, consecución de objetivos corporativos, clima laboral…
TRABAJO ON/OFF. El traslado de las sedes corporativas a los hogares de cada trabajador ha sido clave para mantener activa una parte de la actividad de nuestras organizaciones y, por ende, de la economía de nuestro país. Las empresas deberán apostar definitivamente por el trabajo en remoto y en la nube para abrazar las New Ways of Working o nuevas formas de trabajar que ya advertíamos en el período pre-COVID, gracias a la incorporación de la generación millennial al mundo laboral, y que ahora se ha reforzado a causa de la pandemia del coronavirus.
EL LUGAR DE TRABAJO COMO EXPERIENCIA. Si el futuro del trabajo en las organizaciones combina el trabajo presencial con el trabajo en remoto, acudir a la oficina debe proporcionar un “plus” al empleado. El trabajo físico en una empresa, deberá llevarse a cabo en un entorno diferenciador con respecto a la experiencia laboral en el hogar. Un entorno en el que se darán cita servicios, herramientas y experiencias profesionales que no encontramos cuando desempeñamos nuestra función fuera de la oficina. Ha llegado el momento, ahora sí, de desprendernos de “nuestro puesto de trabajo” para adoptar el modelo de consultoría o startup en el que el empleado puede desempeñar su función en “cualquier puesto de trabajo”.
DESAPARICIÓN DE SILOS. Visión transversal y fronteras departamentales difuminadas para fomentar una visión global de compañía. Una visión global que debe posicionar a los empleados de la organización en un formato abierto a la colaboración, con cualquier profesional, independientemente de su posición en el organigrama corporativo. Con este modelo, la organización fomenta la generación de sinergias a todos los niveles.
DIGITALIZACIÓN COMO GENERADOR DE EFICIENCIAS. Si bien es cierto que la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, en nuestro país, puede comportar una recuperación lenta y más larga de lo deseado, también es cierto que las organizaciones pueden acelerar su recuperación gracias a la oportunidad que les ofrece la digitalización. No se trata de eliminar las sedes corporativas en favor del teletrabajo, tampoco me refiero a desterrar los viajes de negocios, tan siquiera quiero decir que deben eliminarse los congresos o reuniones en formato presencial. Mi reflexión tiene que ver con que las empresas podrán optar por alternar los dos mundos, en función de la relevancia de las acciones que quieran llevar a cabo. Por ejemplo, ¿es necesario invertir en una delegación física para que los comerciales de nuestra organización puedan llevar a cabo sus tareas administrativas, o podemos invertir ese dinero en un espacio para que nuestros comerciales puedan ofrecer una experiencia inigualable a clientes y prospectos? Definitivamente apuesto por la inversión en experiencia ya que la tarea administrativa la podrán llevar a cabo en otros entornos como, por ejemplo, desde casa.
EL MANAGEMENT. En un entorno cambiante, los líderes de las organizaciones son el faro que debe iluminar el camino del Equipo. La dirección de una organización tiene entre sus principales funciones el alineamiento en la consecución de los objetivos corporativos. Para asegurar el éxito en este cometido, según mi opinión, las competencias y habilidades más a tener en cuenta en la época actual, son las siguientes:
COMUNICACIÓN. En una época con altas probabilidades de variabilidad económica y social, las organizaciones deben ser capaces de comunicar de manera transparente y con la agilidad suficiente para poder alinear a todo el equipo en la consecución de objetivos, en posibles cambios en la estrategia corporativa, en la reorganización de un área de la compañía, en la aplicación de una política… Cualquier cuestión que afecte a las personas de la organización, debe ser comunicada con el objetivo de que llegue a todo el Equipo.
Es el momento de tener una visión amplia e involucrar a más profesionales de ámbitos y departamentos diferentes. Una visión transversal nos permitirá obtener diferentes puntos de vista que enriquecerán cada proyecto en el que trabajemos como organización. La visión técnica y el análisis detallado está bien si se mezcla con la frescura de profesionales que, en su día a día, no estén tan familiarizados con la información y los datos del proyecto en el que están participando. De este modo, podemos incluir a profesionales de áreas más soft como, por ejemplo recursos humanos, en proyectos hard, por ejemplo, de negocio puro.
FOMENTO Y APROVECHAMIENTO DE SINERGIAS. Un punto, el anterior, que enlazamos directamente con la búsqueda de sinergias que nos permitan reducir la duplicidad de tareas y minimizar el tiempo que destinamos a llevar a cabo un proyecto. A menudo podemos observar como áreas que podrían colaborar en la conceptualización y puesta en marcha de una acción en el seno de la organización, no son capaces de aprovechar ni conocimientos ni herramientas porque no comparten los proyectos en los que están inmersos. El presente aboga por la desaparición de silos en las organizaciones y el Equipo de Dirección debe ser capaz de programar a sus profesionales con un mindset que les ayude a colaborar, más allá de las fronteras de su área y/o departamento.
AGILIDAD EN LA TOMA DE DECISIONES. La incertidumbre y los cambios repentinos de paradigma nos invitan a tomar decisiones. Unas decisiones que deben ser tomadas con celeridad para no perder el tren de la oportunidad. Activar proyectos que den respuesta a las circunstancias cambiantes del entorno, nos permitirá capitalizar aquellas oportunidades que, como organización, tengamos detectadas. No caigamos en la parálisis por un exceso de análisis.
LA PERFECCIÓN ES CARA. Como mantra para el Equipo Directivo no está mal y, además, está ligado con la visión anterior de un Management agile. A veces, vale más sacar al mercado un producto o servicio que creemos que tiene oportunidades de mejora, que mantenerlo en cuarentena esperando a tener una versión perfecta. Lo mismo pasa con procedimientos internos o proyectos que debemos poner en marcha. Si no está perfecto, ya lo mejoraremos pero, de momento, que empiece a andar.
LAS PERSONAS, SIEMPRE LAS PERSONAS. El periodo COVID ha dejado entrever la importancia de las habilidades blandas o soft skills. Los conocimientos técnicos ligados a una posición concreta, son importantes y, en el periodo actual, habilidades como las descritas a continuación pueden ser de vital importancia para activar planes que den respuesta a situaciones derivadas de un entorno VUCA (volátil, uncertainty o incierto, complejo, ambiguo) como el que acabamos de vivir.
CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN. Durante periodos inciertos, las personas, tienen que cambiar la manera en la que afrontan su día a día. Ser capaces de adaptarnos con éxito y de una manera rápida, puede ser un factor diferencial para sacar partido a este tipo de situaciones.
Entornos, personas, puntos de vista y situaciones diferentes pueden ser un obstáculo en nuestro desempeño si no somos capaces de modificar nuestra conducta con el objetivo de rentabilizar los cambios. Ser tolerantes a modificaciones en nuestra rutina es una muestra fehaciente de nuestra flexibilidad.
APRENDIZAJE CONTINUO. Con el objetivo de sacar el máximo partido a las situaciones vividas, mientras desempeñamos nuestra labor en un entorno cambiante. Las personas con capacidad de aprendizaje continuo, serán capaces de aplicar mejor los conocimientos adquiridos durante un periodo concreto.
Adelantarnos a las necesidades de nuestra organización y trabajar con el objetivo de satisfacerlas antes de que se presenten o, mejor dicho, antes de que nos lo pidan es un elemento profesional que marca la diferencia en los equipos de trabajo.
TRABAJO EN EQUIPO. “Solo no puedes con amigos sí” es el regalo, en forma de frase, que nos dejó Barrio Sésamo y que podemos aplicar para mejorar el resultado de los proyectos en los que participamos.
PARA TODOS. En muchos momentos de este artículo hemos hablado de la importancia de la transversalidad y, en esta línea, creo que existen una serie de habilidades que deben ser transversales en toda la organización, a todos los niveles y entre todas las personas:
Entendido como la capacidad de liderar el desarrollo profesional propio y los proyectos, relaciones e interacciones que mantengo cuando desempeño mi labor.
TOLERANCIA AL ERROR. Con un entorno cambiante y la voluntad de ser ágil en la toma de decisiones, debemos impregnar a la organización en la cultura de la tolerancia al error. Podemos equivocarnos y, esto, no debe ser entendido como una amenaza sino como la oportunidad de mejorar el resultado. El fracaso, entendido como aprendizaje, es parte del camino hacia el éxito.
TOLERANCIA A LA PRESIÓN. La situación de crisis derivada de un contexto complejo como el provocado por el coronavirus, nos posiciona en un entorno laboral que ejerce mayor presión para lograr alcanzar los objetivos acordados a principios de año. Ante la dificultad de lograrlos, no debemos vernos sobrepasados por una situación de pressing mayor a la prevista inicialmente.
Entre compañeros y con la sociedad. El apalancamiento en políticas y acciones de responsabilidad social puede suponer una ventaja competitiva de nuestra organización.
ESCUCHAR, ESCUCHAR Y ESCUCHAR. Para ser capaces de dar respuesta a los retos que nos plantea el entorno económico y social. El entorno externo pero también, de una manera muy sensible, cualquier aspecto que se genere en el entorno interno de la organización. Escuchar y actuar sobre aquellos aspectos que tienen oportunidades de mejora, nos permitirá mejorar como Equipo y, por consiguiente, mejorar el clima laboral.
La importancia de las habilidades blandas y los aspectos relacionados con la inteligencia emocional de las personas, en el desempeño de sus funciones laborales, ha ido adquiriendo importancia en los últimos años y, en el momento actual, será un elemento diferencial a tener en cuenta cuando se valoren las capacidades técnicas de un candidato, en una promoción o en la asignación de tareas y proyectos.
“Tenemos dos mentes; una que piensa y otra que siente” (Daniel Goleman)
Estos son algunos de los aprendizajes que, según mi opinión, hemos obtenido durante este periodo tan complejo y convulso… ¿Qué aprendizajes detectas tú?