Conversamos con Pedro Aceituno, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y profesor, entre otros, del Grado en Administración y Dirección de Empresas de la UDIMA. Es investigador de la Universidad propietaria de TodoStartups y responsable de Innovacef, informe anual que pasa revista a la situación de los jóvenes investigadores que trabajan en España y a los científicos españoles que lo hacen en el exterior.
Hablamos con él, entre otros temas, sobre qué papel juega el intraemprendimiento y el perfil del científico durante esta pandemia.
¿Se puede emprender en tiempos de pandemia?
Observo que es un tiempo más proclive para el intraemprendimiento o emprendimiento desde la empresa, pero siempre que hay una necesidad en la población y alguien puede satisfacerla de manera lícita, se puede emprender.
La situación actual derivada de la pandemia del coronavirus es tremendamente convulsa, y es algo que juega muy en contra del emprendimiento, pero si hay una buena oportunidad con un modelo de negocio viable, las personas pueden emprender. Porque si nadie lo hace alguien debe cubrir esas necesidades de los clientes. Además, es muy importante que continúe la actividad económica, y si alguien puede mantenerla de manera legal y sin poner en riesgo a la población, debe ser digno de reconocimiento y apoyo.
¿Cómo salvamos a los autónomos y pequeños empresarios, que son la esencia de nuestra economía?
Por supuesto, hay que salvarles a ellos y también a las familias asalariadas. Se está hablando de muchas fórmulas de salvación, pero lo importante es que haya una acción coordinada entre las administraciones públicas e instituciones financieras, para que funcione el circuito de liquidez general, y se reactive la actividad económica, lo antes posible. El dinero será importante, pero también la colaboración, la coordinación, la imaginación, la paciencia, la generosidad y la seguridad jurídica y de las propias personas, entre otros aspectos. Todos tendremos que unirnos e involucrarnos, para salvar a nuestra economía, con lo mejor de nosotros mismos.
¿Hay modelos de negocio con más posibilidades de sobrevivir a esta crisis?
Hay una línea que separa las actividades económicas que necesitan presencia física de aquellas que no la necesitan. Esta crisis favorece a estas últimas, y conviene acelerar los procesos de digitalización básicos, mientras pensamos en cómo reactivar las actividades de presencia, cuando todo pase, que pasará y habrá que estar preparados para ello. Todo lo relacionado con servicios online en los ámbitos educativos, sanitarios, entretenimiento o comerciales, van a funcionar. Y es bastante probable que incluso se vean impulsados.
Por el contrario, aquellas actividades con necesidad de presencia física lo van a pasar mal. Entre ellas, para un país como el nuestro destacan todas aquellas relacionadas con el turismo (restauración, eventos culturales, viajes, entre otras). Entre medias de estos dos tipos de actividades, se encuentran las de los productos básicos, que permiten una cierta presencia física (cadenas alimenticias, productos sanitarios o cuidados de personas, por ejemplo) y que también sobrevivirán bien a la crisis.
¿Cómo se puede apoyar al empleado intraemprendedor?
La cultura española no es excesivamente innovadora, solamente si lo necesitamos mucho lo haremos. La situación va a hacer que precisemos de la innovación, pues no va a existir mucho dinero en circulación y habrá que emplear la creatividad para afrontar los problemas. Frente a esta carencia, sí tenemos algo que incluso puede ser hasta más importante, por lo menos en esta coyuntura.
Me refiero a nuestra cultura solidaria, como se está contemplando en estos momentos, con personal sanitario y de otras profesiones que están dando su vida por todos. Si sabemos aprovechar esto último saldremos adelante. Estamos hablando de un gran pueblo, felicitado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por haber sido capaz de crear un gran hospital en escasas horas.
Necesitamos de este tipo de intraemprendimiento con líderes innovadores y humanitarios que nos unan en las empresas y en las organizaciones, pues en ellas se albergan las estructuras más adecuadas para afrontar el futuro que nos espera. Las empresas y las organizaciones tienen que ser las encargadas de canalizar las ideas de sus intraemprendedores para hacer viables los modelos de negocio, pues ellas tienen toda la información. Además, deben identificar y apoyar a esas personas para que se centren en aportar este valor innovador y solidario, que les hará crecer económica y socialmente.
¿Qué papel han jugado los científicos españoles dentro y, sobre todo, fuera de nuestra economía?
En estudios recientes tanto del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) como incluso de nuestro propio Innovacef, se muestra que la ciencia española es capaz de crear una gran cantidad de conocimiento. Y fundamentalmente se publica, pero escasamente se transfiere a nuestra sociedad y empresas en forma de nuevos productos y servicios.
Otro estudio realizado por nosotros en la UDIMA y en colaboración con la Universidad Carlos III de Madrid, puso de manifiesto que la movilidad científica sí favorece el emprendimiento, y muy especialmente el intraemprendimiento. Lo que quiere decir que nuestros investigadores que están en el exterior pueden estar creando este valor económico y social, que tanta falta nos hace ahora, y que nos hará en el futuro.
¿Qué pueden aportar al terreno de la innovación? ¿Cómo les sacamos a jugar para que participen en el marco del intraemprendimiento?
Además de lo expuesto en relación al valor que ya están aportando en el exterior en términos de emprendimiento e intraemprendimiento, es bastante probable que pudieran ayudarnos mucho en los procesos de transformación digital de las empresas españolas que tendrán que acelerarse. Se podría contraargumentar que estos investigadores pueden pertenecer a áreas de conocimiento muy distintas a las que se precisan.
En el estudio que hicimos en colaboración con la Universidad Carlos III también se ponía de manifiesto que en el exterior habían desarrollado competencias emprendedoras. Habilidades que les podrían convertir en personal altamente valioso para esos procesos de transformación digital. Igualmente, el haber estado en otros mercados puede facilitar a la empresa española el acceso a los mismos y a fuentes de financiación externas.
En cuanto a implicarles en el proceso productivo, desde Innovacef hemos dado una serie de recomendaciones en estos últimos 15 años en relación con los colectivos más relacionados con la movilidad científica. Pues España es de los países más avanzados con un menor porcentaje de investigadores trabajando en sus empresas. En relación con los jóvenes investigadores (y esto puede hacerse extensible a los científicos retornados que no hayan conseguido estabilizarse laboralmente), insertarles para que trabajen en las empresa antes de que se tengan que ir fuera porque en España no puedan desarrollar su carrera.
Hay que tratar de compatibilizar el valor que pueden aportar con la posibilidad de que hagan carrera en las empresas. Esto tiene que ser posible y todos debemos poner en marcha las mejores ideas para que así sea. Sobre los que están en el exterior, tratar como mínimo de colaborar con ellos, como primer paso para atraerlos. Dado que una de la razones principales por las que regresan son las personales, se deben activar todas las políticas sociales, además de las económicas, para ello.
En cuanto a los colectivos científicos que se encuentran fuera de esta movilidad científica, y que normalmente están más estabilizados laboralmente, también sería muy interesante como mínimo incrementar su colaboración con el mundo empresarial.
¿Qué recomendaciones darías a aquellos que se plantean emprender o intraemprender durante la crisis sanitaria?
Se podrían resumir en: estar vigilantes antes las necesidades de la sociedad, plantear modelos de negocio viables, informarse de todas las modificaciones legislativas que se están produciendo e impregnarse de los importantes valores que la sociedad española está demostrando en estos momentos. Triunfar en estos momentos es muy complicado, pero poner todo para que así sea y ayudar a los demás en ello, está incluso por encima de la mayor de las victorias.