El presidente de la Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM), Miguel Garrido, presentó su primera ponencia en el Nueva Economía Fórum para hablar fundamentalmente “del cambio, de esa trasformación radical en la sociedad y, sobre todo, poder conseguir los nuevos retos a los que se enfrenten”.
Según Garrido, el “right now” o la inmediatez de lo que ahora se habla, es una realidad con consecuencias por “su falta de reflexión y de debate a la hora de actuar”. El objetivo de CEIM es “dejar un mundo mejor a nuestros hijos”.
Garrido, alertó del “crecimiento del absentismo en las empresas” y criticó al Gobierno de su falta de actuación y “sobreprotección”, pues, criticó que “nos preocupa más esconderlo que arreglarlo”, en relación con la derogación del despido objetivo de faltas justificadas por causas médicas.
Las empresas son las que pagan este “absentismo” y se hacen cargo de la incapacidad laboral transitoria, afectando directamente a la competitividad empresarial pues es “un torpedo en la productividad”. El presidente de CEIM destaca que “es muy insolidario porque hay que diferenciar entre la persona que no quiere trabajar y la que no puede”.
Asimismo, expuso que la “sobreprotección” es un término con efecto negativo en política, pues, los empresarios no son seres extraños al margen de la sociedad, sino que, son ciudadanos normales y que son la base de la riqueza en España. Por este motivo, “los derechos de igualdad y libertad merecen respeto y no se deben de inmiscuir en la vida privada de los demás”, pues esto “no es un gran hermano donde regirnos por unas reglas, sino, que los discursos deben ser correctos para conducir a una sociedad uniforme que caminen hacia lo correcto”.
En término laborales, el presidente de CEIM destacó que el “desempleo” es otra de las causas preocupantes en España, puesto que es el principal problema de la sociedad que compromete a la desigualdad, la pobreza, la realización humana y al fracaso personal.
Garrido declara “absolutamente impresentable e inaceptable que el desempleo no sea el centro del debate al ser un país con una tasa de paro alta”. Los empresarios reclaman que haya un gran pacto por el empleo y exigen un “análisis del impacto en el empleo y a los más desfavorecidos” cuando haya una reforma laboral o una modificación en el estatuto de los trabajadores.
En la economía no hay verdades absolutas porque las causas, el entorno, las medidas a tomar y otros factores crean consecuencias tanto negativas como positivas. Por esta razón, los debates rigurosos y solvente con opiniones opuestas, deben tener un tiempo de análisis para que “las iniciativas que se vayan a tomar no sean rápidas” para tratar las cosas con respeto y así las consecuencias para los afectados sean mínimas.
En términos educativos reclamó un “pacto por la educación para adaptarse a los nuevos tiempos” y abogó por una formación para profesionales con antigüedad empresarial de más de 10 años que se quedan “obsoletos” y una orientación laboral entre los más jóvenes para que su futuro laboral tienda a la demanda de empleo y así reducir el gasto improductivo para las familias y el Estado.
Las propuestas sectoriales en el comercio las consideró importantes, pues, genera mucha actividad y Madrid se queda pequeña sin el “comercio de barrio”. El turismo, aunque cuenta con resultados positivos, afirmó que “hay que tener ambición y llegar a más para conseguir que haya una colaboración público-privada”. Igualmente, Madrid necesita una industria para “aguantar mejor la crisis y generar empleo” que lleve a la población a una estabilidad laboral y, así, ganar en fiscalidad, flexibilidad y estabilidad.
Garrido no se olvidó de la sostenibilidad como reto, a la cual los empresarios están comprometidos al favorecer la economía circular y el crecimiento sólido. El presidente de CEIM concluyó su acto haciendo un resumen de todos los puntos tratados en la ponencia, reclamando en su finalización “más libertad, más responsabilidad y que nos dejen trabajar en paz a las empresas”.
Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organización Empresariales (CEOE), fue el encargado de presentar el acto y dar la bienvenida a Manuel Garrido y destacó que “desde la CEOE no van compartir ningún tipo de presión que afecte a la integridad de las personas”.
Garamendi aboga por la armonización en la eficiencia y gestión porque “lo que no queremos es que solo se trabaje desde los ingresos”. Asimismo, señaló “la libertad de expresión y de reunión” en las manifestaciones para no condenar los “scratches” y apoyar al campo. El sentido de empuje y unidad es el objetivo de la CEOE, los cuales se conocen desde la divergencia cuyo fin es “trabajar con otro motivo que no sea solo ganar dinero”.
En la ronda de preguntas, Garrido expuso que el problema del campo “es un problema serio de ser tratado con rigor y hay que apoyarlo”, pero, “de una manera sensata y razonable”.
Igualmente, en cuanto a los ERE, CEIM reclama un programa de apoyo para los profesionales que mejoren su empleabilidad y reivindica el derecho a las empresas en su reestructuración en la innovación laboral y en la búsqueda de fórmulas imaginativas que resuelvan el problema de la rentabilidad empresarial y así, no tener que tomar medidas dolorosas como los despidos. Igualmente, desde la CEOE, el aumento del salario mínimo interprofesional supone una pérdida de competitividad si no va relacionado con el aumento de la productividad.