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Dejar atrás la ansiedad es posible

Responsable de Redes Sociales y redactora de TodoStartups

Un examen difícil, una disputa con el jefe, un cambio de trabajo o una ruptura amorosa, son algunas de las situaciones donde se puede presentar la temida ansiedad. En estos casos, es normal sentirla, el problema viene cuando es recurrente. 

Las personas que tienen ansiedad no tienen el control de sus pensamientos. Por ello, muchos profesionales buscan solucionar el problema de sus pacientes y les ofrecen ejercicios para controlar la ansiedad

¿Qué es la ansiedad?

Para empezar, es importante definir el término ansiedad. La ansiedad es un mecanismo de adaptación que tienen todos los seres humanos ante situaciones de tensión. Esta función permite que la persona sea más productiva y se prepare para superar esa circunstancia. Por lo que suele desaparecer sin más y no hace falta ir a consulta.

Se considera un trastorno cuando es duradera e intensa y dificulta el desarrollo de las actividades diarias o cuando se presenta en un momento inadecuado. Este hecho provoca sentimientos de temor, miedo y pánico ante algo que puede suceder o no.

La ansiedad es la enfermedad de las personas que viven demasiado en el futuro y tienen pensamientos nocivos sobre algo que ellos piensan que va a pasar. Sus síntomas pueden confundirse con la depresión, pero son enfermedades diferentes. A pesar de ello, una persona puede padecer ansiedad y depresión a la vez. De hecho, suele ser frecuente.

¿Cuáles son los síntomas?

La persona que sufre ansiedad puede presentar síntomas físicos, psicológicos, de conducta, cognitivos o sociales. Con respecto a los síntomas físicos, la persona puede presentar palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, náuseas, nudo en el estómago, cansancio, mareo, inestabilidad y alteraciones en el sueño y la alimentación.

Por otro lado, la ansiedad puede provocar a nivel psicológico: inquietud, sensación de amenaza y de agobio, inseguridad, vacío, dificultad para tomar decisiones, recelos, incertidumbre, sensación de extrañeza e incluso plantearse el suicidio. Los síntomas conductuales se manifiestan mediante un estado de alerta, bloqueos, dificultad para actuar, impulsividad, inquietud, tensión en la mandíbula, rigidez y cambios en la expresividad corporal como el rostro crispado.

A nivel cognitivo, el paciente se enfrenta a problemas de memoria que ocasionan despistes y descuidos, dificultades de atención y concentración, preocupación y pensamientos inoportunos, expectativas y recuerdos negativos. Por último, en los pacientes con este trastorno sufren problemas sociales como irritabilidad, dificultad para entablar conversaciones o para expresar sus opiniones y temor a conflictos.

Enfrentarse a la ansiedad con ejercicios

Para empezar, es importante aprender a relajarse. En una sociedad en la que se vive al límite, es necesario dejar tiempo para practicar técnicas de relajación como el mindfulness. De hecho, los expertos confirman que esta técnica reduce los niveles de ansiedad y controla los nervios.

Además, para poder controlar la ansiedad, hay que evitar los pensamientos viciosos sobre el asunto constantemente y pensar en otras cosas más positivas. Para ello, es fundamental no hablar siempre del mismo tema, desviar la atención hacia otras cosas y tener otra actitud.

Otro aspecto que ayuda a superar este trastorno es cambiar la forma de pensar, de manera que se tenga el dominio de los pensamientos y se puedan mirar desde otra perspectiva más positiva, ya que está comprobado que los pensamientos son capaces de controlarlo todo. Por tanto, si se detectan y se entienden esos bloqueos o pensamientos negativos, se podrán cambiar por otros mejores y, de esta forma, conseguir un bienestar mental.

También, hay que realizar actividades que resulten placenteras como pueden ser: cocinar, escuchar música, bailar, cantar, leer, bañarse con agua caliente… Todas estas actividades tienen un efecto que hace que los niveles de estrés disminuyan notablemente. Asimismo, es importante que mientras se esté realizando la actividad, los pensamientos estén dirigidos a disfrutar de dicha actividad.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que, en la mayoría de casos, vencer la ansiedad solo es muy difícil. Por ello, el psicólogo es una figura imprescindible para superarla. El terapeuta se encarga de acompañar a la persona para enseñarle a controlar sus emociones. De esta forma, poco a poco el malestar irá disminuyendo hasta que llegue el día en que la persona ya no necesite ir al psicólogo.

Otro aspecto relevante, es contar lo que sucede a otra persona, ya que callarse y no expresar los sentimientos puede provocar que los pensamientos negativos aumenten. De la misma manera, es importante tener en cuenta la asertividad a la hora de expresar esos sentimientos y decirlos sin miedo y de forma que no ofenda a nadie.

Además, es fundamental no abarcarlo todo. Se puede delegar tareas a otras personas, evitar los trabajos acumulados y no preocuparse por temas que le corresponden a otros. No es bueno estar las 24 horas del día ocupado, por tanto, es importante bajar el ritmo.

Otra técnica que ayuda a superar la ansiedad es el ejercicio físico. De hecho, un estudio de la Universidad de Princeton demostró que, con tan solo media hora al día, el deporte es capaz de neutralizar las zonas del cerebro encargadas del estrés y la ansiedad.

En definitiva, existen muchos ejercicios y técnicas para controlar la ansiedad y poder superarla. Para ello, es importante hacer ejercicio, ir al psicólogo, aprender a relajarse, contar lo que pasa de forma asertiva y cambiar la forma de pensar.

 

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