Young people man and woman posing together enlightened with idea looking positive.
El bum del emprendimiento, en plena crisis socioeconómica, se vivió como una burbuja, pero también como una oportunidad para decenas de miles de jóvenes que no encajaban en un mercado laboral cerrado. No pocos universitarios, siguiendo el modelo exitoso de otros tantos, tanto en España como en el extranjero, entendieron que una alternativa al desempleo o a la falta de nuevo empleo era generar el suyo propio, por medio de una idea innovadora y sobre la base de las nuevas tecnologías: la startup como referente.
Muy pocas de ellas escalaron como cabría esperar o deseaban sus promotores, pero las que lo hicieron, y bien, han multiplicado desde entonces las esperanzas de unas nuevas generaciones, las que empiezan a sustituir a los millenials, que no piensan tanto en el pelotazo como solución a sus problemas, sino en la generación de ideas sólidas y estables que permitan su sustento.
En este marco, los expertos saludan un ‘nuevo tiempo’ en el que la desesperación, por falta de otras alternativas, no aboca a no pocos jóvenes con ánimo emprendedor a embarcarse en proyectos que, en condiciones normales, apenas tendrían recorrido.
Iñaki Mayoral, experto en Desarrollo de Negocio del Centro Europeo de Empresas Innovadoras (CEEI) de Elche, lo describió este jueves en palabras llanas, pero eficaces: “Hay una mejora de la calidad del emprendedor. Hay menos emprendedores que durante el bum, pero lo son de mayor calidad y, aunque sigue habiendo mucho tonto motivado, el panorama ha cambiado”. Para bien.
Contestaba Mayoral una pregunta sobre el ‘estado de la cuestión’ actual del ecosistema que forman los emprendedores, muy en particular los de nuevo cuño, durante la rueda de prensa de presentación del proyecto BIK CEEI, una suerte de protocolo impulsado por los CEEI de la Comunidad Valenciana cuyo objetivo es ayudar al futuro emprendedor a llevar adelante su proyecto con el mayor éxito posible. En este marco, Luis Miguel Batalla, técnico en Creación y Consolidación de empresas en CEEI Castelló, apostillaba que el conjunto de herramientas que componen BIK “sirve, precisamente, para eso, para afianzar la cualificación de los emprendedores y calidad de sus ideas y proyectos”.
Lo que también aprecian estos expertos, profesionales que tratan a diario y de continuo con nuevos emprendedores es que se ha reducido, respecto a los años de la crisis, el número de universitarios que se lanzaban a exponer sus ideas. Sin embargo, para Ramón Ferrandis, de CEEI Valencia, “no está claro del todo que la proporción de las buenas ideas frente a las malas fuera mejor durante el bum del emprendimiento”.
Idea que liga con la premisa inicial de que, aunque se ha reducido la cantidad de emprendimientos, a todas luces los que resisten y escalan son la demostración de que son cualitativamente mejores que los del bum, cuando se creyó que toda España era emprendedora, probablemente una fake de su tiempo.