Parece que ahora todo el mundo es emprendedor… o quiere serlo, pero ¿todas las personas servimos para emprender? Si aplicamos el sentido común, parece que la respuesta es NO.
Sin embargo, y ya puestos, tenemos ganas, tenemos una idea, algo para vender en el mercado, pero… ¿tenemos las cualidades y capacidades necesarias para emprender?
Pararse a pensar
Muchas personas aprovechan el momento de recibir una indemnización para capitalizar el paro y emprender pero antes de mover un dedo y dejar de cobrar el paro, habría que pararse a pensar y hacerse algunas preguntas para ver si seríamos capaces de llevarlo a cabo. Estamos en un momento, donde, la sociedad nos “vende” la idea de que emprender es maravilloso.
Las Luces, están ahí. Empresas como Cabify, Hackers, y otras muchas, (no tantas) nos hacen vislumbrar el éxito, pero no todos podemos ser Cabify…
Cualidades personales
En primer lugar tenemos que saber si tenemos las cualidades personales para emprender:
¿De verdad quiero emprender o realmente lo que quiero es un trabajo y ahora no lo estoy consiguiendo y por eso emprendo?
¿Soy una persona trabajadora, apasionada de mi idea, perseverante, con gran fortaleza mental y que no me hundo ante los problemas?
¿Soy flexible, acepto bien las críticas, estoy dispuesto a escuchar a otras personas que saben más que yo o, por el contrario, soy rígido, no aprendo sobre cosas nuevas, y pienso que tengo siempre la razón?
¿Tengo sentido común o pienso que mi idea es la mejor y que nadie ha pensado nada igual y que me voy a hacer rico con la idea?
¿Me rodeo de gente mejor que yo? ¿o quiero emprender para ser “el jefe” o así no tener que escuchar a nadie?
¿Emprendo por obligación o realmente porque tengo la necesidad vital de hacerlo?
¿Tengo visión de negocio?
¿Tengo conocimientos empresariales?
Todas estas reflexiones son vitales y las respuestas deber ser todas positivas para enfrentarnos al reto de emprender. Si por el contrario las respuestas no arrojan la actitud esperada, quizás debamos madurar la idea antes de dar un paso que nos cueste tiempo y dinero.
Capacidades profesionales
Por otro lado, tenemos que tener claras algunas cosas en relación a nuestra idea y a nuestras capacidades:
¿Tengo claro lo que quiero hacer o tengo que darle una vuelta más?
¿Tengo una idea que es diferente y disruptiva? ¿Hay algo que hace a mi idea diferente
¿He hecho un plan de negocio y estudio de competencia para ver realmente cual podría ser mi cuota de mercado?
¿Cuánto tiempo y dinero voy a “tirar por la ventana” para saber si mi idea es acogida en el mercado?
Poner el proyecto en marcha ¿va a suponer un esfuerzo para mi estructura familiar?
¿Voy a emprender solo? ¿Tengo un equipo compensado?
¿Tengo conocimientos sobre finanzas, marketing, comercialización, ventas, etc..? Todas estas partes de de la empresa, si no las desarrollo yo ¿Quién lo va a hacer?
¿Cuento con ayuda externa en mi negocio?
Todas estas preguntas, nos ayudan a saber de antemano, con mayor o menor fortuna si emprender es una buena idea. No todos tenemos alma de emprendedor o por el contrario de empleado.
A veces, ante la idea de emprender, y si nos gusta más vivir con una nómina a final de mes, quizás sea mejor, reciclarse y volver al mercado con habilidades nuevas y necesarias.
Pero, si por el contrario, asumir riesgos (controlados) aún te deja dormir por la noche, y la satisfacción de haber hecho algo por ti mismo, haber solucionado un problema, crear procesos nuevos, conseguir nuevos clientes y superarte día a día un poco más… entonces… puede que la vida de emprendedor sea para ti.
Si finalmente, decides que emprender es buena idea, puedes contar con Muchas Luces para ayudarte a ponerlo en marcha. ¿Nos lo cuentas?