El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, apostó este martes por una “actualización del sistema económico” desde la base de una reforma fiscal para afrontar una “nueva era” y una “revolución digital” frente a la que, advirtió, “España se está quedando atrás”. “El valle que me importa es el de la tecnología, como Silicon Valley, no el de los Caídos”, sentenció.
En su intervención en ‘La Razón de..." evento convocado por el rotativo madrileño ‘La Razón’, Casado centró buena parte de su intervención en la política económica que, en su opinión, hay que redigir hacia los nuevos escenarios y nuevos retos. Al respecto, señaló que una reforma fiscal menos impositiva favorecería el emprendimiento, entre otras consecuencias.
Tras lamentar que España no parece estar respondiendo a la transformación digital como debiera, sugirió enmendar esta situación desde una perspectiva ya no solo local, sino “englobando a Europa”, que, dijo, también “le va a la zaga” a España en este ámbito de malos resultados.
"Proponemos una revolución fiscal que suprima los impuestos de patrimonio, donaciones y sucesiones y que no pase por un impuesto al diésel, ni gravar las tecnológicas, y que tampoco perjudique a los jóvenes emprendedores", afirmó Casado, en presencia de la plana mayor de su partido.
Su propuesta es lo que llamó “agenda reformista ambiciosa” para favorecer la competitividad española “en la nueva economía”. Porque Casado hizo hincapié en que lo que viene es un modelo económico distinto al tradicional, en el que lo digital, “el big data, las startups, el blockchain...” lo empapa todo, y con la reducción impositiva “se fomentaría la inversión empresarial”, necesaria para afrontar con éxito el reto de dicha transformación digital
Con mayor liquidez por parte de las empresas, subrayó, se atraería más inversión extranjera, particularmente inversión tecnológica, “más necesaria que nunca” en el ámbito de transición digital presente.
En este contexto, aseguró no compartir un impuesto al diésel que “pone en riesgo miles de empleos”, al tiempo que propuso la supresión del impuesto de generación eléctrica y avanzar en las interconexiones energéticas: en suma, “una nueva industrialización de España”.
