Su trabajo consiste en pasarse la mayor parte del tiempo bajo el aro, y este es, precisamente, el título del libro que firma el jugador de baloncesto Pau Gasol, editado por Penguin Random House, en el que afirma, entre otras cosas, que ser talentoso es una característica con la que necesariamente no nacen unos pocos: “El talento es trabajo y dedicación”, afirma.
Este es uno de los mensajes que se propone trasladar, en particular, a las generaciones más jóvenes; la idea de que al éxito se llegar desde el “no conformismo y la superación de los miedos”, pero que, por encima de todo, es “la pasión y el esfuerzo” los condimentos del menú.
En el Círculo de Bellas Artes de Madrid, Gasol mostró a los periodistas su cara más ‘emprendedora’, la de quien se sabe que es un espejo para muchos jóvenes y un ejemplo a seguir. Razón de más para que ellos sepan que todo lo que explica en el libro de su experiencia deportiva es aplicable a cualquier profesión, pero que para eso hay que abandonar la pereza y el desánimo.
Aunque los periodistas querían saber sus valoraciones sobre la actualidad deportiva, que si Juan Carlos Navarro ha tenido la despedida más adecuada o que qué le parece la selección argentina de basket -a pesar de las advertencias previas del speaker- Gasol aún tuvo tiempo para adentrarse en el universo de la empresa como motor de la sociedad.
Y en este ámbito valoró el rol que juegan los líderes, a los que definió como aquellos capaces de “lograr la confianza y la credibilidad de un grupo de gente, al tiempo que predican con el ejemplo”. “Un líder”, prosiguió, “es también aquel que da la cara y que reconoce el trabajo de todos los que participan en el equipo”. Comparecencia de 3 puntos, sin duda.
