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Malt, cuando la creatividad no es cuestión de dinero

Redactor jefe

Emprender con dinero en el bolsillo, bien propio, bien prestado por un tercero, es un buen modo de empezar un proyecto, pero no necesariamente es el mejor. Puede resultar igual de viable arrancar los motores sin apenas recursos, a excepción de la “creatividad” propia de cada uno, la cual se potencia de forma natural, precisamente, porque no hay alternativa mejor.

Mensaje tan alentador como ese lo pronunció este jueves en un evento que acogió Impact Hub Piamonte (Madrid) Vincent Hughet, CEO y cofundador de Malt, una plataforma que liga compañías y trabajadores freelances en un marco de entendimiento mutuo, y tan próspero, o más, que si la condición del trabajador fuera la de la clásica pertenencia a una plantilla.

“La escasez (de dinero) te pone muy creativo”, afirmó ante un nutrido grupo de representantes de empresas y freelances, en un evidente propósito de transmitir un mensaje, no solo alentador para quienes están a la espera de avanzar en su desarrollo profesional y/o son ‘nuevos’ en esto del empleo ‘a la carta’, también realista. Porque el éxito no es la necesaria respuesta a tener dinero, por mucho que sea, al principio del camino. Lo que cuenta, vino a decir, es la idea.

Y con el tiempo, cuando ya estás en marcha y las cosas no te van mal del todo, “con dinero acabas poniendo anuncios en Google, pero eso merma la creatividad”, advirtió, entre bromas y veras, un Hughet que se mostró así mismo como paradigma de quien empezó casi con nada o muy poco, y para quien la conformación de un equipo dispuesto a aguantar los achuchones del principio fue, es, lo primordial y lo que realmente garantiza el éxito futuro.

Así ocurrió en el caso de Malt, contó su cofundador: “Nuestro primer empleado fue un freelance porque no teníamos dinero para contratar”, al tiempo que subrayó que “lo importante de comenzar es, sin duda, el equipo, y la capacidad de los fundadores de arrancar sin dinero, con gente que renuncie a cobrar durante los primeros meses·”. Es decir, el concepto de fidelidad aplicada a los negocios.

Y llamada a la esperanza a partir de un escenario profesional tan cambiante como lo es internet en sí mismo. Pero en sentido positivo, porque internet, recordó Hughet “puede mostrate más grande de lo que eres, y desde luego aumenta tu capacidad de comunicar tu proyecto”, casi que la mitad del camino hecho gracias a la digitalización en curso.

El modelo Malt parte de la creación de un perfil como foco de atracción de nuevos clientes. Cuantos más proyectos realiza el interesado, más aumenta su reputación. Los clientes le contactan directamente para proponerle proyectos, proceso que es totalmente gratuito, sin pagar suscripciones ni ofertar en convocatorias a proyectos. El freelance elabora sus presupuestos a través de Malt y reúne en un solo lugar todas sus ideas.

Cuando hay acuerdo entre las partes, en Malt todas tus facturas son emitidas y archivadas automáticamente. Precisamente, AXA asegura sus proyectos por un importe máximo de 9 millones de euros. Pero además, Malt pone fin a los pagos pendientes o plazos que se prolongan eternamente: Los clientes hacen un pago en depósito al inicio del proyecto, y si el freelance trabaja con una gran empresa, Malt le paga por adelantado todos los meses. Toda una idea.

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