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Reivindican la capacidad de innovación de la empresa tradicional

Redactor jefe

Fotografías: Luis Miguel Belda

De un tiempo a esta parte existe la confusa idea de que la innovación en el ámbito empresarial es poco menos que una acción reservada a los más jóvenes y, sobremanera, a las llamadas startups, iniciativas empresariales fundadas sobre unas herramientas tecnológicas que, siendo nuevas, no por ello dejan de estar al alcance de cualquiera, incluidos los menos jóvenes.

La aparente perorata viene a cuento de la reivindicación que expertos y empresarios hicieron este martes de todo aquel empresario capaz de hacer que su empresa no solo nazca y se desarrolle, sino que, además, lo haga en el tiempo. No pocos sostienen la enrevesada idea de que paradigmas como el imperio de Amancio Ortega no es innovación en sí mismo, pues su modelo productivo es tan añejo como el de cualquier fábrica de ropa, pero sí lo es su modelo de negocio.

Un hombre maduro, casi que de vuelta de todo, revolucionó el modelo de McDonald’s, vigente hoy, recordó Juan Pablo Lázaro, presidente de la Confederación Empresarial de Madrid (CEOE-CEIM), llamado, junto a otros tres destacados dirigentes empresariales y gurús del emprendimiento, a reflexionar sobre la innovación que está por venir, lo que tuvo lugar en el marco del People & Business, que acogió este martes el Auditorio del Campus de Leganés de la Universidad Carlos III de Madrid, con la colaboración del consistorio de esta localidad, CEIM y la Unión Empresarial de Leganés (UNELE).

Precisamente fue Alejandro San Nicolás, presidente de Móstoles Empresa, quien introdujo la idea de que también la empresa clásica, la de toda la vida, es paradigma de innovación, como prueba la circunstancia de que se sostiene en el tiempo, y nadie discute que la estabilidad empresarial es resultado de una generación de novedades. “Infravaloramos la transformación de las empresas que aguantan 50 años y damos demasiada importancia a los nuevos que se estrellan en poco tiempo, pero que parece que son los referentes en innovación”, dijo San Nicolás.

Le siguió el hilo Juan Juarez, presidente de Sunwood energy, al afirmar que “nos encantan estos jóvenes de startups, pero innovar también son los empresarios tradicionales”. Sentenció su argumentación al afirmar que “hoy la innovación ha de ir junto a la sostenibilidad”, piedra angular de la empresa clásica

Con todo, Roberto Touza, conferenciante y emprendedor, mantuvo las distancias respecto a que Inditex sea paradigma de innovación, y se centró en la oportunidad de “fijarse más en los pequeños empresarios que arriesgan su dinero”, en nada comparable al que disfruta Ortega, matizó.

Y en la necesidad de formar a los jóvenes en emprender, dijo Touza, con quien se abría un segundo capítulo del debate centrado en la formación como garantía de futuro, tanto empresarial como individual. “Tiene que hacer conexión entre universidad y empresa”, clamó Juarez, quien recordó que eso es lo que se conoce como auténtica innovación tecnológica que impulsa el futuro desarrollo empresarial. “Es una obligación del empresario permitir que sus trabajadores se formen”, abundó Lázaro.

Todos los participantes coincidieron en que la formación es fundamental, aunque fue Lázaro quien expresó cierto desasosiego cuando vaticinó que las universidades, al menos las españolas, aún no terminan de avanzar en los programas formativos que serán necesarios en el corto y medio plazo: “No se enseñan en la universidad los trabajos que están por crearse”, advirtió.

En este contexto, el del futuro inmediato, el patrón de patronos madrileños acertó a decir que las claves para afrontar ese futuro son el internet de la cosas, el big data y la inteligencia artificial. Y agregó un vaticinio ejemplificador: “En EE.UU. el trabajo más extendido es el de conductor y en pocos años estos empleos desaparecerán”.

Por último, sobre el concepto de actitud giró la tercera parte de un debate, en general, de consenso. “En la innovación”, subrayó Lázaro, “caben todos, desde la tienda de barrio hasta la gran compañía, pero lo esencial es, más que nada, una actitud vital”.

“Para innovar”, agregó, “lo primero es que haya cuadro de mando y tiempo para pensar. El problema de la startups”, dijo, “es que se construyen sobre la base de lo urgente, y lo urgente nos mata”. San Nicolás añadió que también “hay que favorecer el orgullo de pertenencia del empleado y cuidar que el cuadro directivo sea el adecuado, y, sobre todo, que se crea el proyecto”. Y todos, acabando por Juarez, coincidieron en que “hay que potenciar la actitud”.

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