Spain Startup, entidad convocante de South Summit, uno de los principales eventos sobre emprendimiento en Europa, sostiene la oportunidad de que las grandes corporaciones afiancen sus iniciativas de la mano de emprendedores y, muy en particular, de lo que llama ‘estartuperos’, paradigma de la innovación.
En este contexto, María Benjumea, fundadora de Spain Startup-South Summit, afirma en un documento difundido este lunes que “estamos en un momento maravilloso en un mundo lleno de oportunidades. Tanto los profesionales de las grandes empresas, como los startuperos, coinciden en que quieren aprender y buscan estar un paso adelante. Se trata de una época con grandes desafíos, que ha obligado a todo el mundo a cambiar el chip y poner el foco en la innovación y en asumir riesgos para lograr la diferenciación”.
Spain Startup lanza preguntas del tipo ¿Cómo conseguir esta sinergia? ¿Siempre se puede lograr? ¿Qué interesa a las grandes corporaciones? ¿Qué factores han de tener las startups para despertar interés? ¿Qué posibilidades de colaboración existen entre ambos modelos de negocio? A partir del análisis de las startups y corporaciones en busca de innovación participantes en South Summit, Spain Startup ha elaborado una serie de recomendaciones a tener en cuenta para crear una alianza de éxito, y que reproducimos en TodoStartups:
Más allá de la financiación: El acercamiento de una startup a una gran corporación se simplifica algunas veces en términos de estabilidad financiera, pero va mucho más allá. Se trata de un intercambio en el que siempre ganan ambas partes. La alianza permite a la nueva empresa el acceso a clientes estratégicos, visibilidad, escalabilidad, crecimiento, credibilidad y reconocimiento de marca. Mientras que las grandes corporaciones obtienen sobre todo innovación, en unas condiciones mucho más ventajosas que si fuesen ellas mismas las que la desarrollasen. En este caso, el retorno es estratégico, más allá del que pueda suponer en la cuenta de resultados, al apostar por crear un auténtico laboratorio de unidades de negocio.
La fórmula: Las modalidades de colaboración entre startups y corporaciones son muy diversas y decantarse por una u otra opción requiere antes plantearse algunas cuestiones: ¿Por qué es necesaria la alianza? ¿Qué beneficios aportará a ambas partes? ¿Cuáles son las intenciones de cada una? A partir de los resultados obtenidos en este análisis se deberá establecer el cómo se trabajará, incluso debería pensarse en cómo se podría dejar de trabajar. En este punto es muy importante tener en cuenta el tiempo del proceso de negociación. Aunque las burocracias internas de las grandes empresas tienden a alargar este tipo de procesos, el tiempo de un emprendedor es oro y muchas veces puede poner en juego el futuro de su proyecto, aunque sólo sea con las negociaciones. Un año vista para una startup puede ser la diferencia entre subsistir o no.
Nivel de exclusividad: Normalmente se asocia la inversión de una corporación en una startup a la exclusividad del proyecto para la organización. Pero no siempre es así o no debería serlo. Muchas grandes empresas apuestan por invertir en el desarrollo de una startup, pero sin obligarles a que su proyecto sólo pueda ser utilizado de manera exclusiva.
Confianza entre los equipos: Los profesionales que trabajan en una compañía son parte esencial para el buen funcionamiento de cualquier negocio. Por lo tanto, la clave es la confianza y el respeto entre los dos equipos, apostando por la implicación, la colaboración, la coordinación y el entendimiento.
Talento: Otro de los intereses de las grandes corporaciones en sus alianzas con startups es la atracción de talento a sus empresas. Los emprendedores son casi siempre savia fresca para una gran compañía, su forma de trabajar, sus hábitos sociales o su estilo de vida siempre rompen y suponen un nuevo desafío para las grandes empresas.
Agilidad, flexibilidad, velocidad y autonomía: Factores esenciales demandados por las grandes compañías que deciden integrar una startup, a través de la que buscan acelerar la velocidad de ejecución, calidad de sus procesos y conseguir cada vez una mayor autonomía.
Creatividad e innovación: Una startup es por definición innovadora y no suele contar con muchos recursos, lo que implica ser muy creativo a la hora de trabajar y tener gran capacidad para probar nuevas soluciones ante problemas existentes y aprender, valores que también desean incorporar las corporaciones.
Digitalización y nuevas tecnologías: Las corporaciones son conscientes de la necesidad de cambios internos en sus organizaciones, a favor de la digitalización e implementación de avances tecnológicos y la reducción de la burocracia. No sólo se trata de avanzar en temas tecnológicos, sino una auténtica transformación cultural en la que también tienen un papel fundamental las startups, puesto que la mayoría han surgido en unas circunstancias muy distintas a las establecidas.
Experiencia: Otro de los puntos en común de la sinergia entre startups y corporaciones. De un lado, las corporaciones aportan sus conocimientos profesionales tras una dilatada trayectoria y, al mismo tiempo, las startups les ofrecen su know-how para innovar en su asentado negocio. Este intercambio de aprendizaje es esencial para la validez de la colaboración y la motivación de los equipos.