Hay más de 1900 insectos comestibles en el mundo, y estan presentes en las dietas de Asia, África y América del Sur. Algunos países y regiones incluso han creado especialidades culinarias que se transmiten de generación en generación. Insectéo, es una iniciativa que propone hacer descubrir en Europa los insectos como aperitivo. Una startup que se dedica a criar, empaquetar y vender insectos como alimento, con una intención no exclusivamente gastronómica y nutricional si no también medioambiental, saludable y sostenible.
Romano Fessard fundó la marca “tratando de revivir la experiencia con sus amigos europeos” influido por sus viajes a Asia, donde los insectos comestibles son parte del día a día.
Y además de la experiencia y el sabor, en términos nutritivos, según estudios científicos, la tasa proteínica de los insectos comestibles es más alta que la de las plantas, así como la de la carne, los huevos y las aves de corral. Llegando hasta el 75%.
Una solución para alimentar a 9 mil millones de personas en 2050
Según estima la propia plataforma, seremos 9 mil millones en la Tierra en el año 2050. Y para satisfacer las necesidades, la producción mundial de carne tendrá que duplicarse. Sin embargo, la tierra agrícola no será suficiente para garantizar dicha producción. Insectéo propone por tanto, la producción y el consumo de insectos como una solución para afrontar este reto.
Respecto al medio-ambiente, la incitativa alerta sobre la producción de gases de efecto invernadero, considerada una de las principales causas del cambio climático. En este sentido se apoyan en Investigadores de la Universidad de Wageningen (Países Bajos) que demostraron recientemente que la cría de insectos comestibles tales como langostas, grillos y gusanos producen gases de efecto mucho menos contaminantes, como el metano y el óxido nitroso que las granjas de cerdos y ganado.
En otro apartado de estas investigaciones se apunta a que la producción de un kilogramo de harina conduce a la emisión de 10 a 100 veces menos gases de efecto invernadero que la producción de un kg de carne de cerdo. A igualdad de peso, el cerdo produce de 8 a 12 veces más amoniaco que langostas y hasta 50 veces más que los saltamontes. La cría de insectos se postula, pues, como una alternativa a la producción de proteína animal de bajo impacto ambiental.
Una fuente de alimentos más seguros
El Dr. Dicke, entomólogo de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos y parte del equipo de investigadores referidos anteriormente, cita entre las conclusiones de sus estudios que una de las principales razones para consumir insectos es que estos transmitirían menos enfermedades al hombre en comparación con las fuentes tradicionales de carne.¿La razón ? Los animales tradicionales están mucho más cerca en el árbol evolutivo de los seres humanos que los insectos. Así, muchas de las enfermedades que uno encuentra en los animales tradicionales pueden desarrollar mutaciones en los seres humanos. Las recientes gripes aviares y porcinas son un ejemplo perfecto.