Fotografías: Luis Miguel Belda/TodoStartups
La mujer que emprende, y ya habiendo obtenido la condición de empresaria tras consolidar su negocio, presenta cualidades que la diferencian del hombre, como su mayor capacidad para gestionar el cambio, su habilidad relacional y de acometer distintas tareas al mismo tiempo y, particularmente, la idoneidad para trabajar en equipo, frente al tópico individualismo masculino, derivado de una competencia mal entendida.
Eso dijo la noche de este jueves Scherezade Miletich, directora de Área de Desarrollo, Formación y Comunicación de Fujitsu Technology Solutions, en su intervención en el primer debate del ciclo ‘La mujer en la empresa: emprendimiento y empleabilidad’, organizado por la Comisión de Economía de la Empresa del Colegio de Economistas de Madrid, donde aventuró que la mujer “parece traer de serie estas cualidades”.
Por el contrario, detectó que a la mujer le cuesta más que a los hombres asumir riesgos, lo que atribuyó más a una influencia educativa que a una cuestión de capacidad. “Eso hace que nos cueste más asumir riesgos, más miedo al fracaso y a iniciar cosas por el miedo de no cumplir”, entre otras razones, argumentó, porque las mujeres “somos muy perfeccionistas y necesitamos controlarlo todo y, por otra parte, porque parece que debemos hacer un doble esfuerzo para demostrar nuestra valía”.
En su opinión, en las empresas debería fomentarse el intraemprendimiento, ámbito ideal en el que la mujer profesional podría desarrollar la “agilidad y flexibilidad ante el cambio” que la caracteriza con carácter general.
En un esfuerzo lo más objetivo posible, otra mujer, Eva Serrano, presidenta de la Asociación de Empresarias de Madrid (Aseme) y vicepresidenta de la patronal CEIM, reconoció que “igual que tenemos esas cualidades” antes citadas, “hay otros aspectos que nos limitan”. Por ejemplo, y, en su opinión, de las más importantes, “nunca hemos dado prioridad a tener una red de contactos y hacer networking”.
Serrano incidió en que “no hay nada peor que no tener información ni contactos, pues eso te limita; si te caes, no tienes a quién recurrir”, motivo, como otros muchos, por los que “relacionarse” como dinámica “es importante”. “Es cierto que la mujer es muy autoexigente”, dijo, para, al mismo tiempo admitir que también “conservadoras, pero sin miedo a la iniciativa”. Las cifras corroboran esta afirmación: en la Comunidad de Madrid hay cuatrocientos mil emprendedores, de los que la mitad son mujeres.
Tras subrayar la importancia también de no dejar de formarse, “y relacionarse”, insistió, apuntó que la solución al aparente hándicap de la conciliación de la vida laboral y familiar, ‘caballo de Troya’ para muchas mujeres, empieza “en nuestra propia casa, y cuando la tengamos instaurada, implicando al hombre y a nuestros hijos, conseguiremos que la sociedad cambie más rápido”.
Terció en su intervención Martín Hernández, director general de Aliter Escuela Internacional de Negocios, haciendo hincapié en el networking para desarrollar el ámbito empresarial: “Hay que salir, hacer contactos, no te puedes quedar en casa”, aseveró. Para Hernández, de acuerdo con su experiencia formando mujeres directivas, “no creo que la mujer sea peor o mejor empresaria”, pero reconoció que muchas ni siquiera intentar emprender “por miedo”.
La mesa redonda, titulada ‘El papel de la mujer empresaria en la sociedad actual’, se celebró en la sede del Colegio de Economistas de Madrid y estuvo moderado por el catedrático de la Universidad Complutense Enrique Castelló.