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Los empresarios no ven viable la subida salarial del 4% propuesto por los sindicatos

Redactor jefe

Reportaje fotográfico: Luis Miguel Belda/TodoStartups. En la imagen, Garamendi junto al presidente del Club Diálogos para la Democracia, Antonio Gavilanes.

El presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), Antonio Garamendi, rechazó este miércoles el globo sonda lanzado por los sindicatos de una subida salarial que rondaría el 4% para 2017 y les emplazó a moderar sus pretensiones en el marco de la negociación colectiva.

Así lo corroboró en declaraciones a los periodistas tras su intervención en un Desayuno Informativo convocado por el Club Diálogos para la Democracia e Ibercaja, en el que reiteró por activa y por pasiva la necesidad de reducir al máximo los costes salariales para favorecer la competitividad.

Aviso para unos sindicatos de los que, sin embargo, valoró su “responsabilidad” durante los años de crisis y su capacidad de negociación y de alcanzar acuerdos con los empresarios para no entorpecer el crecimiento económico. Porque, subrayó, más allá de que reclamen incrementos salariales, en su opinión, inviables, “nosotros nos llevamos bien con los sindicatos, nos sentamos, no nos levantamos, y eso se debe a que la sociedad civil está activa”.

En este contexto, el también vicepresidente de la CEOE deslizó su malestar con la clase política, por su incapacidad por alcanzar acuerdos que den estabilidad al Gobierno del país. “Empresarios y trabajadores somos los que hemos dado la paz social a este país”, dijo, mientras que los partidos políticos están en bucle que semeja “el día de la marmota”, sin avance posible, y con todas las consecuencias negativas que esta inestabilidad política tiene para la evolución de la economía: La inversión extranjera está a la espera de ver qué ocurre, mientras que los empresarios, muchos de ellos deseosos de pedir nuevos préstamos para reinvertir, están también esperando, pues “quieren conocer las reglas de juego, quieren estabilidad”.

“Llegamos a un momento en que la economía real y la clase política íbamos en una misma dirección”, pero, de repente, “la clase política se ha quedado en la rotonda dando vueltas, incluso alguno tiene hasta su propia rotonda (en alusión al PSOE), pero todos llevamos una goma y nos están arrastrando de nuevo a la rotonda”, expresó Garamendi.

Precisamente, preguntado por si una eventual dimisión de Pedro Sánchez al frente del PSOE pudiera dar solución a este bucle político sin retorno, Garamendi se mostró cauto y más diplomático que nunca. Si bien no ocultó que no le gusta el estado de cosas actual, se limitó a enjuiciar que el PSOE “tiene su propia rotonda, y no sé si el sábado (cuando se celebrá el Comité Federal socialista) abrirán su propia vía”. “Nosotros no estamos en lo que es la política partidaria ni debemos estar”, agregó, aunque defendió querer “un PSOE fuerte”.

Sin ambages, Garamendi afirmó que “los empresarios apostamos por el modelo bipartidista” que, en su opinión, “ha funcionado muchos años. Lo otro es hacer experimentos con gaseosa”. “Gracias a la alternancia”, agregó, “todos hemos estado en esa pelea en nuestro país, con todas nuestras diferencias, pero me gustaría llamar a esa responsabilidad, pues hay empresas que están esperando a ver qué para para iniciar sus inversiones y si hay una deriva en la composición del gobierno de índole radical”, la inversión exterior no vendría y la Bolsa se resentiría, opinó.

Por último, en relación con la situación en Cataluña, dijo que semeja ser “una guerra del siglo XIX cuando estamos ya en el XXI”. Citó las últimas elecciones en el País Vasco, en su condición de vasco, para señalar que “se puede ser nacionalista, pero se ha visto el domingo que la moderación se recompensa. La unidad de España”, sentenció, “no hay ni que planteársela. Vivimos en la nación más antigua de Europa y esto (España) no se inventó en 1978”.

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